Francia urge al G-7 a templar la volatilidad de las divisas
El euro tocó ayer su máximo en dos semanas frente al dólar, al alcanzar las 1,2727 unidades, frente a las 1,2549 del día anterior. La caída del dólar se debió a que el número de empleos creados en EE UU fue inferior al previsto, pero la noticia da un argumento más a los ministros europeos que participan desde ayer en la reunión del G-7.
El euro tocó ayer su máximo en dos semanas frente al dólar, al alcanzar las 1,2727 unidades, frente a las 1,2549 del día anterior. La caída del dólar se debió a que el número de empleos creados en EE UU fue inferior al previsto, pero la noticia da un argumento más a los ministros europeos que participan desde ayer en la reunión del G-7.
El ministro de Finanzas de Francia, Francis Mer, se mostró ayer favorable a que sus colegas del G-7 (que además de Francia incluye a EE UU, Japón, Canadá, Reino Unido, Alemania e Italia) acuerden un comunicado para frenar la caída del dólar. Los mercados de cambios 'están febriles sin tener fiebre', explicó Mer, 'tenemos que bajarle la temperatura'.
'Trataremos de hacer juntos lo máximo posible para establecer que el texto del comunicado de Dubai no satisface a nadie y para tratar de incluir un texto o una expresión que nos satisfaga a todos, en el contexto actual, y no en el contexto de septiembre', dijo Mer.
'Nuestra presentación tendrá que ser diferente a la de Dubai'
Los ministros de Economía y Finanzas del G-7 celebraron su última reunión en Dubai en septiembre pasado, de la que salió un comunicado que instaba a los países a adoptar políticas cambiarias más flexibles. La intención de que el dólar frenara su caída no tuvo repercusión y el euro se apreció desde entonces un 8%.
'Está claro que no tuvimos éxito con la expresión que utilizamos... En Boca Ratón, nuestra presentación tendrá que ser diferente a lo que fue en Dubai, aunque sólo sea para mostrar a los mercados que nuestra posición se expresó mal o para desarrollarla según las tendencias (recientes)', agregó.
Mer indicó, además, que el panorama de crecimiento económico es mejor ahora que en septiembre, con una previsión del 4,5% para EE UU y de un 2% para la UE. 'Tenemos que encontrar palabras que muestren que estamos en un proceso cooperativo', dijo Francis Mer.
El ministro francés reconoció, no obstante, la dificultad que tiene alcanzar un acuerdo, sobre el que ya nadie apuesta que sea agresivo. De hecho, EE UU y Japón ya han mostrado sus reticencias a frenar el descenso del dólar.
El día de ayer sirvió para que se llevaran a cabo las reuniones bilaterales y será hoy cuando se celebre la reunión común.
El secretario del Tesoro de EE UU, John Snow, tenía previsto reunirse con los ministros de Finanzas de Reino Unido, Canadá, Francia y Alemania, y con el gobernador del Banco Central Europeo, el francés Jean-Claude Trichet.
Snow estará sometido hoy a las presiones de italianos, franceses y alemanes, que pujan para que se condene la 'excesiva volatilidad' de los mercados de divisas, según fuentes cercanas a las negociaciones.
Hasta ahora Estados Unidos no se ha mostrado preocupado por la debilidad del dólar, que ayuda a impulsar el crecimiento en un momento en el que el presidente George Bush, se enfrenta a la reelección en las elecciones de noviembre.
En Europa pasa lo contrario. El dólar débil hace más caras las exportaciones europeas, lo que pone en peligro la recuperación económica.
Argentina y el tratamiento a sus acreedores es parte de la agenda
Argentina será otro de los temas a tratar en la reunión del G-7. 'No hemos descartado la posibilidad de invitar a Argentina, en el comunicado, a mostrar buena fe con los acreedores', dijo una fuente cercana a las negociaciones que pidió no ser identificada. Los acreedores privados demandan recuperar al menos un 65% de su inversión, mientras que Argentina ha ofrecido pagar sólo 25 centavos por cada dólar que debe.La deuda pública de Argentina asciende a 88.000 millones de dólares y algunos bienes del Estado están en situación previa al embargo por el cese de pagos.