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Decreto

Italia toma medidas para proteger al pequeño accionista de casos como Parmalat

El Consejo de Ministros italiano aprobó hoy un decreto que pretende hacer frente a la alarma social suscitada por el caso Parmalat y que tiene como objetivo tutelar en mayor medida el ahorro de los pequeños inversores. Las diferencias, no obstante, han prevalecido en los debates, centrados especialmente en el papel que debe jugar el Banco de Italia y en las penas que se aplicarán a los que violen las normas y causen daños a los pequeños inversores.

El escándalo creado por la insolvencia de Parmalat, que ha dejado a miles de ahorradores sin poder recuperar de momento el dinero invertido en obligaciones o títulos de ese grupo alimentario ha impulsado la necesidad de una reforma en el mecanismo de control de esos actores financieros. Así, el Gabinete ha creado un ente, llamado Autoridad para la Tutela del Ahorro, que tendrá facultades para fiscalizar algunos aspectos de esa actividad, en especial en las cantidades destinadas a la adquisición de productos financieros en los mercados, en bancos y en el sector asegurador.

El ministro de Economía, Giulio Tremonti, explicó ante la prensa el decreto, que supone la transformación de la Comisión Nacional de Sociedades de Bolsa (CONSOB) en la nueva Autoridad. Su misión será asegurar "la defensa del ahorro y de los inversores, la confianza del mercado, la transparencia y la corrección del comportamiento de los sujetos controlados", según el decreto, que el Ejecutivo quiere que sea ley en junio, tras su tramitación parlamentaria.

Penas hasta de cárcel

La norma aprobada hoy establece el delito de "daño grave al ahorro", que será castigado con hasta doce años de cárcel, pero que no será retroactivo, según se encargó de puntualizar Tremonti. La condición de grave se producirá cuando los afectados sean al menos el uno por mil de la población o la cantidad defraudada ascienda al uno por mil del Producto Interior Bruto italiano.

La atribución de competencias a la nueva Autoridad para el Ahorro no desarma, sin embargo, al Banco de Italia, en contra de la opinión previa de muchos expertos, que vaticinaban un recorte de funciones de esa entidad dentro de la pugna que desde hace tiempo mantienen su gobernador, Antonio Fazio, y el propio Tremonti.

No obstante, el Banco emisor mantendrá su poder de vigilancia sobre la estabilidad y el ahorro en el sector bancario, mientras que en materia de competencia habrá un sistema de "co-decisión y de fuerte equilibrio", según el ministro de Políticas Comunitarias, el democristiano Rocco Butiglione, defensor de la labor del Banco de Italia.

La fusión de dos entidades bancarias sólo tendrá lugar cuando reciba el visto bueno de la Autoridad y del Banco de Italia, de manera que la negativa de una de ellas bloqueará la operación. Está prevista la creación de una comité que reunirá al menos una vez al mes a integrantes de la nueva Autoridad, el Banco de Italia y la entidad que vigila los fondos de pensiones (COVIP).

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