Las multinacionales cambian sus productos por las nuevas dietas
A quién le interesa ahora lo light?, ¿lo bajo en calorías? Esa revolución en la alimentación ya está superada. Las nuevas dietas, las que tienen legiones de seguidores en los últimos tiempos en EE UU, las conocidas Atkins y South Beach, insisten en que para adelgazar lo que hay que suprimir son los hidratos de carbono. La etiqueta que se busca en un país que el año pasado gastó 75.000 millones de dólares en enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad es hoy la de low carb.
La comunidad médica no lo tiene tan claro pese a que incluso los responsables del popular método Atkins han empezado a admitir que hay que poner un límite a la ingesta de proteínas. Pero el sector de la alimentación ya ha tomado nota de las estadísticas -el 24% de los estadounidenses está familiarizado con las dietas bajas en hidratos de carbono- e incluso de las recomendaciones de los analistas. Y es que, según estos expertos, el consumo excesivo de carbohidratos puede ocasionar un aumento de peso relacionado con el almacenamiento de grasa corporal.
'Las empresas podrían necesitar ajustar su cartera de productos y estrategias a los nuevos alimentos. No hay otra opción que responder con productos low carb porque eso es lo que está pidiendo el mercado y los consumidores. La imagen saludable de algunos alimentos y marcas puede quedar afectada para siempre', aseguraba un reciente informe de Morgan Stanley en el que también se recordaba que aún hay muchos americanos que confían en la moderación para cuidar su línea y salud.
Las ventas de comidas y libros 'low carb' ascendieron a 15.000 millones de dólares el año pasado y podrían duplicarse en 2004
Y la industria ya está cambiando recetas. El ejemplo más reciente es el de Kraft, que ya bajó las calorías a sus galletas Oreo y ahora se embarca en esta otra aventura. La necesidad de buscar nuevos productos para las nuevas necesidades, además de una política de precios excesiva, según los analistas, han convencido a su nuevo consejero delegado, Roger Deromedi, de la necesidad de un cambio que pasa por el despido de 6.000 personas y el cierre de 20 fábricas en todo el mundo. Según Deromedi, 'la creciente importancia de la salud y el bienestar ha alterado los patrones de alimentación hasta un punto que no se había visto antes. Dietas low carb, la preocupación por las grasas saturadas y la obesidad, además de la mayor demanda por productos orgánicos y naturales, requieren un cambio en lo que vendemos y cómo lo vendemos'. Kraft va a aumentar su presupuesto en 2004 para anunciar estos alimentos.
No es el único en el sector de la alimentación que ha sucumbido a la presión de la guerra contra los hidratos de carbono. The Wall Street Journal entrevistaba recientemente a James Cantalupo, consejero delegado de McDonald's. 'No sé si es una moda, pero hay un movimiento de gente que quiere comer así. Si es lo que nuestros clientes quieren se lo damos. Hoy ya hay low carb en el menú'. También lo hay en el de Burger King y en firmas como Pepsi. La revolución hacia estos nuevos alimentos saludables lleva en marcha meses. Algunos analistas aseguran que este tipo de alimentación constituye a estas alturas el 60% de su cartera de productos.
El fenómeno low carb ha crecido exponencialmente en los últimos 18 meses en EE UU. Las ventas de comidas de este tipo y toda clase de libros relacionados ascendieron a 15.000 millones de dólares el pasado año y podría duplicarse este ejercicio, según la consultora Valen Group, citada por Reuters. Los analistas esperan que este fenómeno dé lugar a una concentración mediante fusiones de pequeñas compañías de alimentación. Atkins Nutritionals, la empresa fundada por el recientemente fallecido doctor Robert Atkins, tiene entre sus accionistas a Goldman Sachs, y hasta se especula con su posible salida a Bolsa.