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Columna
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Las deslocalizaciones

Ha comenzado la huida de las multinacionales: en Estados Unidos Levi's ha cerrado sus dos últimas fábricas para trasladar la producción a países asiáticos, entre ellos China, una operación que culminará en primavera con el cierre de las plantas de Canadá. En España, en estos dos últimos años la fuga ha sido constante. En Cataluña, 14 factorías de multinacionales se han traslado, o están a punto de hacerlo, a Asia y a los países de Europa del Este, y en la Comunidad Valenciana la juguetera MB, de la multinacional Hasbro, ha trasladado su producción a China.

Las causas de esta deslocalización son varias, pudiendo citarse como más relevantes las siguientes: presión competitiva a consecuencia de los menores costes laborales y logísticos, la existencia de varias fábricas de multinacionales en distintos países que ofrecen costes de producción más baratos para los nuevos modelos (mercados internos competitivos), estrategia de grupo de concentrar la producción en pocas fábricas y de abordar nuevos mercados geográficos, y rigideces laborales.

No debemos olvidar que cuando España ingresó en la Comunidad Económica Europea en 1985 sucedió el mismo hecho, sólo que a la inversa: deslocalización en los países desarrollados de la Comunidad Europea y su traslado a España, con niveles salariales mucho más bajos. En el periodo de 1987 a 2002 la tasa media de crecimiento de los costes laborales unitarios ha sido del 6,2%; 2,5 puntos más que la media de la Unión Europea, con una baja productividad de nuestra economía en relación con la de la Unión Europea: ahora se recogen los frutos.

Ahora se recogen los frutos de la baja productividad de la economía española en relación con la de la Unión

A mediados del corriente año varios países del Este de Europa se incorporarán a la Unión Europea, y disfrutarán de la libre circulación de bienes y servicios que les permitirá colocar sus producciones sin ninguna traba en toda la Unión, lo que se verá facilitado por sus menores costes salariales, flexibilidad en el mercado de trabajo y una población con formación profesional adecuada. Atención a los efectos que esta nueva situación puede tener sobre el crecimiento de nuestra economía y la generación de empleo.

Los sectores en los que se ha producido la deslocalización estos dos últimos años han sido: electrónica, fabricantes de componentes, juguetes, calzado, cerámica y muebles, algunos de ellos muy intensivos en mano de obra, y se ha producido en la comunidad catalana una pérdida de más de 7.000 puestos de trabajo directos, sin contar los efectos indirectos que sobre las plantillas de los proveedores se producen.

Algunas de las empresas que han descolonizado sus factorías de España recibieron en su día ayudas públicas de la Generalitat catalana para que se instalarán en dicha comunidad. Al anunciar su huida a países del Este de Europa o asiáticos ha producido cierta reacción en el Gobierno de Cataluña, porque estima que las empresas no han cumplido sus compromisos. Sirva esto de aviso a navegantes, que no es función de los poderes públicos conceder subvenciones a empresas para atraer inversiones, que por otra parte pueden estar en contra de la normativa comunitaria sobre la competencia.

¿Qué debe hacer España para evitar estas deslocalizaciones que pueden ser muy fuertes en los próximos años, que podrían afectar al sector de fabricación de automóviles y de sus componentes, en los cuales España se encuentra en cabeza de los países de la Unión, que tendría desastrosas consecuencias sobre el empleo? Potenciar los factores que incrementan la productividad española: aumentar las inversiones en investigación, desarrollo e innovación, tanto con financiación pública como del sector empresarial, fomentar la gestión en capital humano (educación y formación empresarial) por parte del sector público y empresarial en cuanto a la formación empresarial. También reformar el mercado de trabajo haciéndolo más flexible, eliminando al mismo tiempo la dualidad existente entre trabajadores fijos y temporales, que ha adquirido porcentajes alarmantes y da lugar a que las empresas no tengan interés en gastar en formación de su personal, que a los pocos meses será despedido. Igualmente, mejorar las infraestructuras y las comunicaciones y, por último, fomentar que se patenten los resultados obtenidos de las investigaciones en desarrollo e innovación de procesos y productos.

Todo ello haría posible cambiar nuestra estructura productiva, dirigiéndola hacia actividades de producción de alto valor añadido.

Preparémonos para hacer frente al reto de un mundo globalizado y muy competitivo. Para conseguirlo es condición necesaria, pero no suficiente, la estabilidad presupuestaria.

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