El Gobierno vasco aumenta el control a la industria con 100 inspecciones
Los exámenes de los técnicos del Gobierno vasco comenzaron en realidad en los últimos meses del año pasado, pero la cascada de inspecciones, hasta superar el centenar, se producirá durante este ejercicio.
Las primeras compañías en pasar las revisiones fueron las del sector químico, que son las industrias que más problemas tienen para reciclar sus residuos, por su alto nivel contaminante y la imposibilidad de su eliminación sin provocar efectos negativos.
En 2003 el Gobierno vasco ya cerró durante más de un mes las instalaciones de una empresa química, Plastificantes Lutxana, filial de Cepsa y fabricante de derivados del plástico y acetatos, que realizó un vertido al río Castaños, que cruza el populoso municipio de Baracaldo (Vizcaya). Este vertido provocó el desalojo de 60 vecinos de una edificio de viviendas cercano a la planta. Cepsa estudia estos días el cierre definitivo de su centro vasco, que da empleo a más de 30 personas.
Además de las químicas, algunas sociedades dedicadas al reciclaje ya han pasado el examen de los técnicos de la Administración autonómica. Durante 2004, las inspecciones alcanzarán a 48 fundiciones y a 24 papeleras.
La extensión de los análisis a otros sectores fabriles dependerá de los recursos disponibles, según apuntan desde Vitoria. Este año, los presupuestos del Gobierno vasco están limitados porque son una prórroga de las cuentas de 2003, ya que el tripartito que forma el Ejecutivo de Vitoria no logró sacar adelante su proyecto en el Parlamento.
Denuncias
Las inspecciones también podrán ponerse en marcha por denuncias puntuales. Las inspecciones del plan se alargarán hasta 2007, y en cada año se contará con un presupuesto de 300 millones para realizar estas labores.
A principios de año, Euskadi ya padeció otro vertido industrial, en este caso de una química de Hernani (Guipúzcoa), que registró un escape de ácido clorhídrico. La empresa estaba en el inicio del proceso de inspección por los técnicos autonómicos.