La gestión del riesgo, el nuevo mantra
La 'gestión del riesgo' es la frase que resume en estos momentos el giro que están dando entidades gestoras y comercializadoras de fondos de inversión. Un giro que pone al cliente ante la decisión clave de qué nivel de pérdidas máximas está dispuesto a asumir.
Durante los años de la burbuja bursátil muy poca gente pensó que lo importante era gestionar el riesgo. Antes de dicha etapa, la verdad sea dicha, tampoco.
Durante los años en que se encomendaba la gestión de una cartera de valores a los agentes de cambio y Bolsa, a sus clientes no se les hubiese ocurrido pensar que les estaban encargando la gestión de sus riesgos. O que los resultados superaran a los del índice general de la Bolsa de Madrid.
Años después, con las modificaciones en el régimen fiscal de los fondos de inversión y la correspondiente eclosión de su patrimonio conjunto, empezó a acceder a la inversión más sofisticada un tipo de ahorrador que hasta ese momento se había mantenido en los depósitos a plazo o en las libretas de ahorro.
Con el crac de la renta fija en 1992 y en 1994 comenzaron a evidenciarse los problemas de falta de comprensión de los productos que muchos partícipes habían suscrito. Hasta ese momento, ni las caídas de las Bolsas ni los altibajos en la cotización de las divisas creaban un problema de explicaciones masivas: en 1991, por ejemplo, los fondos que realizaban inversiones internacionales no superaban los 1.000 millones de euros (algo más del 4% del total) mientras que la inversión en fondos de renta variable o mixtos apenas llegaba al 8%.
Las experiencias de las fuertes caídas de Bolsa en 1997 y 1998 fueron demasiado pasajeras y veloces como para dejar una huella fuerte. Los verdaderos problemas comenzaron a partir del año 2000. Entonces comenzó a descubrirse lo que, por otra parte, era evidente para todo el mundo: que ganarle al índice no tiene mucho interés si éste acarrea pérdidas descomunales. Y que, probablemente, había mucha menos gente preparada para asumir los riesgos que lleva aparejados la inversión en Bolsa de la que se había querido pensar. No hablemos ya si esa inversión se realizaba en fondos tecnológicos.
Gestionar el riesgo viene a ser la nueva forma que adopta el viejo lema de que a cada cliente hay que venderle los fondos que se adaptan a su perfil de riesgo (algo que muchas entidades distribuidoras de fondos intentaron definir por vía de la elaboración de cuestionarios que remitían o hacían contestar a sus clientes).
Es una manera muy útil de transferir al partícipe la decisión fundamental, para que se comporte igual que lo hace cuando compra una vivienda o contrata un seguro de vida. Pero no debería inducírsele a creer que con ello se ha hecho todo. Pues cuando se le asegura que hay un límite a las pérdidas, probablemente no se le está transmitiendo que, cuando el cortocircuito salta para impedir que vayan a más, también se está cortocircuitando la posibilidad de beneficios futuros.
perspectivas de mercado El euro endurece las condiciones monetarias
l Expectativas de tipos. Aunque los mercados de futuros han estado anticipando desde hace tiempo una subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales a lo largo de este año, es bastante improbable que se produzca. En Europa, podría, incluso, producirse lo contrario.l Endurecimiento. La clave está en la continuada apreciación del euro que provoca un endurecimiento de las condiciones monetarias en Europa. Los bancos centrales suelen incluir el tipo de cambio en su índice de condiciones monetarias.l Reacciones. El BCE podría decidir una reducción de tipos para anular el efecto de ese endurecimiento, de forma que las condiciones monetarias 'reales' siguieran siendo las mismas.