La recompensa de un gran viñedo
La familia Martínez Bujanda ha marcado una clara trayectoria vinícola: vinos procedentes de viñedos propios situados en zonas privilegiadas. Han apostado desde hace años por escoger, cultivar y explotar sus propias tierras, algo poco común en Rioja que también han trasladado a otras bodegas de su grupo. Esta fórmula garantiza la independencia frente a precios y calidades de productores, y por ello Bodegas Valdemar, la primera en surgir después de una larguísima trayectoria dentro del sector (Joaquín Martínez Bujanda elaboró los primeros vinos en 1889), nació con el aval de 400 hectáreas de viñedo repartidas en las tres subzonas riojanas (Alta, Baja y Alavesa), suficientes para proveer una producción de alrededor de 200.000 cajas anuales. Allí se cultivan las variedades tradicionales como tempranillo, mazuelo y garnacha para el tinto y viura para el blanco, investigando también con nuevas variedades que les permiten dotar a sus reserva y gran reserva de una mayor complejidad y longevidad.
Para continuar con el iniciado proceso de calidad, Bodegas Valdemar vendimia tras la toma de numerosas muestras previas, que indican el momento óptimo de realizar la recolección.
Sobre esta base de materia prima propia y controlada se alza en Oyón una bodega moderna, tecnológicamente muy avanzada. En la elaboración la familia Martínez Bujanda ha puesto especial empeño en la investigación de nuevos métodos de vinificación, en el ensayo de nuevas variedades y en el total y profundo respeto por la tradición. Por ello, la vieja bodega se ha convertido en un museo, con una enoteca donde se encuentran más de cien mil botellas (imposibles de encontrar en el mercado). La rehabilitación de la vieja bodega, así como la construcción de la nueva se inició en 1981, pero se hizo pensando en un largo futuro, con una nave de envejecimiento en roble con 14.000 barricas y una cava de botellas con capacidad para 3.500.000 unidades.
Entre los diferentes vinos que conforman la oferta de Bodegas Valdemar, se encuentran jóvenes, monovarietales de tempranillo y procedentes de su viñedo en Rioja Alavesa para tintos, garnacha elaborada de sus viñedos en Rioja Alta y Baja para sus rosados y Valdemar Blanco, que permite apreciar los valores de viura con un leve toque de malvasía.
Bajo el nombre Conde de Valdemar se hallan esos vinos 'fruto de la espera paciente', combinando estancias en barrica de roble nuevo y viejo en sus modalidades de crianza, reserva y gran reserva, tintos elaborados con tempranillo y mazuelo; y el blanco fermentado en barrica elaborado con viura.
En la línea Conde de Valdemar Vendimia Seleccionada encontramos vinos que la bodega define como 'de vanguardia', como su Reserva obtenido al 100% de la variedad garnacha, algo atípico, o su imponente Gran Reserva, con igual porcentaje varietal de tempranillo y cabernet sauvignon y criado en barricas de roble francés (75%) y americano (25%).
En la actualidad la bodega está en manos de las nuevas generaciones de la familia, Jesús como responsable de la dirección general, Carlos en la dirección general comercial de los vinos y Pilar gestionando los aspectos administrativos de la bodega. Además, la familia Martínez Bujanda ha iniciado con gran éxito otros proyectos vinícolas, como Finca Valpiedra (DOC Rioja), Finca Antigua (DO La Mancha) y Cosecheros y Criadores (DOC Rioja).
CONDE DE VALDEMAR Tinto. Reserva 1998
Zona productora: DOC Rioja.Crianza: 25 meses en barricas de roble. Variedades: Tempranillo y mazuelo.Cosecha: 1998 -muy buena-.Temperatura: 16º-17º C.Precio: 7,89 euros.25 meses de crianza en roble para este plurivarietal de tempranillo y mazuelo, que presenta en cata un color rojo picota oscuro, limpio y brillante, complejo y potente en nariz, con fondo tostado de barrica y especies. Buena carnosidad en boca, con excelente carga tánica dulces tanino, amplio y gustoso con carácter de crianza en madera y con un perfecto equilibrio acidez-alcohol. Se muestra en gran plenitud para consumir. Un vino muy adecuado para acompañar carnes rojas a la brasa, al igual que con la clásica caldereta de cordero. A los postres realzará con quesos de leche de oveja de tipo manchegos curados.
CONDE DE VALDEMAR VENDIMIA SELECCIONADA. Tinto. 1995
Zona productora: DOC Rioja.Crianza: 25 meses en roble.Variedades: Cabernet sauvignon y tempranillo. Cosecha: 1995 -excelente-.Temperatura: 16º-17º C.Precio: 16,73 euros.Procedente de sus viñedos de Oyón, Logroño y Ausejo, un tinto color rojo cereza rubí, cubierto con ribete teja-ladrillo, limpio y brillante. Presenta una nariz con sutiles recuerdos de reducción y frutas maduras en un fondo de cacao y canela. En boca resulta un vino sabroso, cálido, con amplios taninos nobles maduros, toques balsámicos de hoja de tabaco, resultando de todo ello un vino redondo y sedoso, de excelente paso de boca con buena permanencia y amplia vía retronasal. Por sus características organolépticas maridará perfectamente con platos de caza de pelo como el venado horneado y de pluma como las perdices estofadas o tórtolas.
CONDE DE VALDEMAR. FINCA ALTO DE CANTABRIA. Blanco. 2001
Zona productora: DOC Rioja.Crianza: Fermentado y criado en barricas de roble.Variedades: Viura.Cosecha: 2001 -excelente-.Temperatura: 7º-9º C.Precio: 6,06 euros.Blanco fermentado y criado en barrica con la variedad viura procedente del viñedo Alto de Cantabria. Presenta un color amarillo oro brillante de gran limpidez y luminosidad. Muy complejo en nariz, con marcadas notas ahumadas y tostadas en un fondo con recuerdos de pomelo. Muy sabroso en boca, seco y glicérico, con una buena madera nueva muy bien integrada que realza su sabor y con toques cremosos y de pastelería. Largo en su final de boca con una elegante persistencia. Adecuado para acompañar platos de pescados grasos como el atún a la bilbaína o el bacalao, y aves de corral como la pularda rellena de foie. A los postres, con quesos de cabra.
Saber de vinos Zonas vinícolas del mundo
México Tras el fracaso en los intentos de introducir el viñedo en La Española (actual República Dominicana y Haití), México será la primera tierra del continente americano donde se consolide el cultivo de la vid y la elaboración de vino. Ese liderazgo histórico no se corresponde con la actual situación del mercado vinícola mexicano, cuyo cultivo y producción de uva se dirige especialmente a la destilación de brandy. Sin embargo, en los últimos años los círculos más sofisticados de la población están girando sus intereses hacia el vino, considerándola una bebida de prestigio. Aunque difícilmente va a sustituir a los destilados (brandy, tequila, mezcal o ron) ni al popular pulque (bebida de aspecto lechoso producto de la fermentación de la raíz de un cactus), el consumo del vino, especialmente importado, está sufriendo importantes y continuos crecimientos.Un pasado de vino. Las primeras plantas de vid introducidas en México se cultivaron en Tenochtitlán y a partir de allí se extendió el cultivo al mismo ritmo que la propia conquista de México. Como es tradicional en estas zonas coloniales, la cepa está vinculada a los asentamientos religiosos. La primera crisis del sector vendrá propiciada por la Corona española, que vio en la expansión de esta actividad un riesgo para el propio comercio y estableció en 1595 un impuesto especial sobre el vino americano y prohibió la plantación de nuevos viñedos.La independencia del país trajo nuevos intentos de impulso de la viticultura, pero las constantes revueltas, la invasión de los Estados Unidos y la cruenta revolución de 1910 fueron las causas de que muchas de las explotaciones fueran destruidas y abandonadas.La vitivinicultura mexicana moderna nace realmente en 1940 con la llegada de firmas extranjeras (como por ejemplo la española Pedro Domecq), aunque se especializaron en la producción de brandies. A pesar de ello hubo una gran modernización del viñedo y el impulso definitivo de firmas supervivientes como la pionera Vinícola Marqués de Aguayo.Variedades y zonas. Entre las variedades más importantes de los viñedos mexicanos encontramos cepas tan productivas como palomino y garnacha o las criollas zinfandel y misión, destinadas a la elaboración de brandy. Con respecto al vino, las más extendidas son garnacha, cariñena, zinfandel, riesling, chenin blan, palomino y moscatel. Cada día son más los elaboradores que se decantan por cepas de prestigio como cabernet sauvignon y las blancas chardonnay y sauvignon blanc. Casi la totalidad del viñedo se cultiva en espaldera, formando explotaciones extraordinariamente bien dispuestas. El riego es una práctica generalizada en casi todas las zonas.Entre sus principales regiones vinícolas, encontramos Sonora, la más importante por su producción de brandy: la región central, donde se elaboran vinos muy interesantes; la Baja California, quizá la más prestigiosa, donde nacen los grandes vinos mexicanos, y Lagunera, la más pequeña pero de larga tradición vitícola.