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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Intervención en el mercado cambiario

Dicho de una autoridad: dirigir, limitar o suspender el libre ejercicio de actividades o funciones'. Es la definición -una de las acepciones- del vocablo intervenir según la Real Academia de la Lengua. Así que cada vez que oímos la frase hecha 'intervención en el mercado de divisas' se entiende que una autoridad trata de dirigir el libre tránsito de flujos de capitales. Y la mayor parte de los miembros del mercado piensa que tal o cual banco central está comprando o vendiendo sus reservas para controlar las divisas.

Una operación así es de todo punto excepcional. Tanto que en Europa no se recuerdan desde los complicados tiempos del Sistema Monetario Europeo. Pero todos los días los analistas hablan de que, si el euro llega a tal o cual nivel, habrá intervención. Así, en un sentido amplio. Los niveles tal o cual son, además, maleables y suelen estar un 10% por encima de la cotización del momento. Cuando el euro estaba a 1,1, la intervención llegaría a 1,2 o 1,25, y ahora se fija el 1,4 como referencia.

Una de las dos cosas no cuadra. O el vocablo intervención no significa lo que se entiende por él o los analistas de divisas demuestran un alarmismo poco frecuente en personas de formación, se supone, cartesiana y cuantitativa.

Ocurre que, en la realidad, las cosas son mucho más sutiles que sobre el papel. Por ejemplo, ayer el euro cedió posiciones durante toda la mañana porque el mercado, consciente de que el primer jueves de cada mes el presidente del BCE debe dar rueda de prensa, esperaba que Trichet deslizase algún comentario que ligerísimamente expresase su preocupación por el alza de la moneda. Pero no fue así, y el mercado cambiario se dio la vuelta por completo.

Pongamos por caso, en un ejercicio de economía-ficción, que un alto funcionario del Banco de España telefonea -confidencialmente, se supone- a un conocido banquero de inversión y le comunica la preocupación con la que se contempla desde la torre del BCE en Fráncfort la escalada del euro. En teoría, eso no es intervención. Pero, en la práctica e independientemente de la situación real, es una intervención en el mercado de divisas.

No tiene mucho sentido hablar de intervención como un hecho de carácter binario, que ocurre o no ocurre. Nada más lejos de la realidad, pues, si las autoridades quieren mover el mercado, lo harán de forma sutil, y antes de gastar dinero en las mesas de negociación se lanzarán mensajes más claros y frecuentes. Por eso, cuando uno oye hablar de niveles críticos, es mejor conservar el escepticismo.

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