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Columna
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La inversión en 2004

En la presentación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2004 figura un crecimiento real del PIB español del 3%, que superaría en siete décimas al de 2003. En cuanto a sus componentes, el consumo de las familias subiría un 3,1% en términos reales y la inversión en bienes de equipo, un 5%, mientras el consumo público aflojaría hasta una tasa del 2,9% y la construcción quedaría en el 3%. El sector exterior mantendría una aportación negativa de 0,4 puntos, menor que la de 2003 gracias a la recuperación esperada para el conjunto de la UE.

Como todas las previsiones que acompañan a los PGE, ésta ha sido criticada alegando optimismo infundado. Es cierto que el entorno de incertidumbre hace difícil cualquier proyección. Sin embargo, si en el marco de estancamiento europeo de 2003, la economía española creció significativamente más que la UE y el número de afiliados a la Seguridad Social aumentó en más de 400.000 personas, llegando al cierre de ejercicio a casi 16,6 millones (a pesar de las más de 270.000 bajas al fin de diciembre), la mejora de expectativas es compatible con las cifras anticipadas en la presentación de los PGE. El mismo significado tiene el cambio de previsión del panel de expertos de The Economist, que en diciembre mejoró su previsión para el PIB de España de 2,8% a 2,9%, si bien los panelistas iban desde el 2,5% al 3,5%.

El elemento crucial de las previsiones es la trayectoria esperada de la inversión en bienes de equipo que, de cumplirse, tomaría el relevo de la construcción y contribuiría al crecimiento esperado del empleo de un 1,9%, lo que significa un aumento neto de 300.000 personas ocupadas.

La inversión en bienes de equipo tiene fluctuaciones más amplias que las del conjunto de la economía

La inversión en bienes de equipo tiene fluctuaciones más amplias que las del conjunto de la economía y con el aumento mencionado, la recuperación alcanzaría con facilidad la cifra apuntada, tanto más cuanto que en los últimos años ha estado claramente por debajo del crecimiento general, con una caída de -5,4% en 2002 y aumento del 2,5% en los tres primeros trimestres de 2003. Antes de considerar las condiciones para conseguir este resultado conviene repasar los componentes, en general poco conocidos, de este rubro heterogéneo que, junto con la inversión en construcción, configura la formación bruta de capital fijo, pues la amplitud del efecto multiplicador que genera depende de su composición.

Los activos fijos son (véase Reglamento CE número 2223/96) activos materiales o inmateriales obtenidos a partir de procesos de producción, utilizados de forma repetida o continua en otros procesos de producción durante más de un año. En los bienes de equipo materiales se incluye, entre otros, la maquinaria y bienes de equipo adquirida, cambiada o financiada por leasing, la construida directamente, las mejoras hechas en la existente, el crecimiento natural de activos cultivados de producción periódica o las variaciones en la cabaña ganadera utilizada en la producción durante varios años. En los activos fijos inmateriales, consistentes en nueva información y conocimientos especializados, entran el software informático, la prospección minera y petrolera y los originales de obras literarias y artísticas. Hay casos límite como la compra de armamento ligero y vehículos blindados por unidades no militares (policía), que se incluyen, mientras que la adquisición de armamento militar y sus sistemas de apoyo están excluidos. La tijera del sastre es inversión y la de cocina doméstica es consumo duradero.

Las condiciones necesarias para la recuperación de la inversión son dos, estar en buena situación económica y accesibilidad al crédito con coste razonable. Las dos se cumplen en el caso español pues la solvencia es alta, la tesorería holgada, la oferta de financiación suficiente, la morosidad baja y la expectativa de aumento del coste del crédito no es inmediata y, cuando se produzca, no llegará a niveles disuasorios.

La condición suficiente es contar con una alta posibilidad de vender el aumento de producción propiciado por la nueva inversión. Aun con la persistencia de los conflictos de Irak y Afganistán, la amenaza terrorista y la pesadez del sector público de la UE, parece que el tirón de la economía americana y la tardía influencia de la política monetaria expansiva del BCE bastarán.

Director ejecutivo Fomento del Trabajo Nacional

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