Prosperar con un euro fuerte
Las principales economías de la Unión Europea parecen haber dejado atrás lo peor de la crisis, pero las señales de mejora difícilmente justifican la euforia mostrada por el euro en los últimos meses. Los expertos coinciden en que, más que una apreciación del euro, lo que está produciéndose es un debilitamiento del dólar que no parece preocupar en absoluto a las autoridades estadounidenses. La sospecha de que EE UU apoya soterradamente la depreciación del dólar ha sido contestada por ahora con mensajes tranquilizadores por parte de las autoridades de la UE. Pero los empresarios europeos ven la ascensión vertiginosa de la moneda con mucha más inquietud que los políticos y los responsables del BCE.
En Francia y Alemania han empezado a surgir voces que reclaman otra bajada de tipos de interés que ayude a frenar la subida del euro y, de paso, aporte un empujón adicional a la actividad económica. Y algunos economistas apoyan esta tesis, señalando sobre todo el peligro de pérdida de competitividad por encarecimiento de las exportaciones.
Sin embargo, el precio del dinero ya está históricamente bajo en la zona euro. Y las empresas francesas y alemanas han conseguido en el pasado prosperar con tipos de cambio más fuertes que el alcanzado ahora por la moneda común.
No está claro que el euro esté dañando por ahora las perspectivas de mejora económica en Europa. Como tampoco lo está que un recorte adicional de tipos pueda tener efectos sustanciales ni en la actividad económica ni en el tipo de cambio.
Las autoridades europeas deben vigilar la evolución de la divisa para actuar si temen que se produzcan desequilibrios importantes. Pero las empresas deben aprender a ser competitivas con una divisa más fuerte. La receta es conocida por todos: reforzar la posición en el mercado mejorando la calidad de los productos y servicios, y trasladar a los precios finales el abaratamiento de las materias primas del que se han beneficiado como consecuencia del alza del euro.