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Artículos para recordar con mucho arte

Gauguin pintó Mata Mua durante su estancia en Tahití, entre 1891 y 1893. En la obra, una de las más apreciadas por el pintor, se entremezclan motivos tomados de la tradición oral de las islas con otros surgidos de su imaginación. La escena festiva es una de las fuentes de inspiración de los artículos de la tienda de regalos del museo Thyssen-Bornemisza (Paseo del Prado, 8. Madrid), entre ellos un chaleco y un kimono, de seda natural, pintados a mano en exclusiva por Lasarte Designs, con un precio de 348,60 y 630 euros, respectivamente.

Los museos buscan trasladar a su merchandising una imagen única y exclusiva. Las obras más emblemáticas de su colección reproducidas en los objetos de recuerdo que los visitantes se llevarán después a casa. Porque los cuadros más representativos son también los más vendibles, recuerda María Yllera, responsable del área de publicaciones y tienda-librería del museo Thyssen.

En muchos casos, los museos recurren a diseñadores de prestigio para crear sus colecciones de productos, especialmente en joyería, textil y complementos. El Guggenheim Bilbao (avenida Abandoibarra, 2) cuenta con la colaboración de Helena Rohner, Chus Bures, Paloma Canivet, Estra Wurzer o Ainara García, y con artistas como Manolo Valdés para la obra gráfica, explica Fernando Rámila, subdirector de compras y ventas del museo.

Rohner y Canivet colaboran también con el Thyssen, y Estra Wurzer ha puesto su firma a las camisetas y otros productos textiles que comercializa la tienda del Museu Nacional d'Art de Catalunya, MNAC (Palau Nacional. Parque de Montjuïc. Barcelona). Esta institución trabaja también con Jaume Romagosa (diseña las cartas, dominós, ajedreces y demás juegos, todos inspirados en las colecciones de arte medieval), Comaposada Joiers (joyería inspirada en el románico y el gótico) y A. Morató (orfebrería inspirada en el románico).

Librería

No todas las instituciones lanzan sus propias colecciones. Patio Herreriano (calle Jorge Guillén, 6, Valladolid) lo hizo con motivo de la inauguración, aunque se trató de productos pequeños, como lápices, reglas, gomas o tazas. Después, ha recurrido a empresas especializas, pero siempre teniendo en cuenta que los productos no rompan la línea del museo.

En cualquier caso, los ingresos por merchandising son los menores de su actividad comercial, ya que el punto fuerte de Patio Herreriano es la librería. Fue su gran apuesta, a la vista de que no existía una librería especializada en arte en Valladolid, señalan en el museo. En la tienda se encuentran más de 2.000 títulos, la mayoría de arte contemporáneo.

Las entidades están constantemente renovando los artículos de sus colecciones, algunos desaparecen y otras familias de productos se completan. Los objetos lanzados con motivo de una exposición temporal contribuyen, además, a aumentar las ventas. El Thyssen, por ejemplo, está preparando actualmente productos con nuevos motivos de Gauguin con motivo de la exposición organizada para inaugurar en 2004 el museo ampliado. Porque regalar es un arte.

'Los museos colaboran con diseñadores de prestigio'

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