Publicidad no apta para los más pequeños
Los anuncios que los niños reciben en avalancha por estas fechas no siempre resultan inocentes. La Comisión de Seguimiento de la Publicidad Infantil, que agrupa a una decena de asociaciones de consumidores y de fabricantes de juguetes, ha pedido la retirada de 16 anuncios dirigidos a los más pequeños (de entre 1.024 analizados) por considerar que vulneraban las normas del Código Deontológico de la Publicidad Infantil con que esta comisión se dotó en 1993.
Diez de estos anuncios han sido ya retirados (justamente los utilizados por jugueteros integrados en la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, que forma parte de la comisión). Los otros seis han sido enviados a la Asociación para la Autorregulación Comercial, un organismo que reúne a profesionales de la publicidad y que cuenta con árbitros independientes.
Los motivos por los que un anuncio puede no pasar el apto para menores es variado. Uno de los más frecuentes es presentar una excesiva animación que pueda inducir a los pequeños compradores potenciales a pensar que el muñeco o juguete se mueve solo. 'La confusión entre imágenes reales y virtuales es un recurso que suelen emplear los publicistas y que más denunciamos los consumidores', asegura Ángeles Pérez, directora de Estudios de la Asociación de Usuarios de la Comunicación. Entre los anuncios denunciados por sobredosis de animación están los lanzados por el gigante del sector Toys 'R' Us, en el que aparecen juguetes convertidos en dibujos animados; el intercambiador galáctico de Imcadisa, protagonizado por el personaje de la película de animación Toy Story; o Atrapamax, de Ravensburger, que presenta imágenes de dibujos animados durante casi todo el anuncio y sólo al final del mismo muestra un plano con la imagen real del producto.
Tampoco pasan el listón de la comisión la publicidad que se sirve de famosos para atraer al público infantil. Para el defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, que ha asistido este año por primera vez como observador a las reuniones de los expertos, 'en ningún caso hay que explotar la confianza del menor en padres, profesores o personajes de ficción' para vender un producto determinado. Una regla básica que al parecer no cumplía el Karaoke UPA Dance, de Giochi Prezziosi, que se anunciaba con la presencia de los famosos protagonistas de la serie de televisión.
La incitación a la violencia es otro tabú en la publicidad infantil, aunque, como reconoce Belén Núñez, de la asociación de consumidores UNAE, 'muchas veces es el propio juguete el que puede incitar a la violencia'. Uno de los spots denunciados por la comisión es el de un juego de Nokia Móviles, en cuya publicidad aparece la leyenda 'Aquí es donde me lié a puñetazos'. Tampoco tiene el aprobado de las asociaciones de consumidores los que presentan a los menores en una situación de peligro, como ocurre con la publicidad de Ghost Hunter de Playstation, que muestra a una niña que rompe el cristal de un espejo para introducirse en el mundo del videojuego.
Otros males menores que se repiten año tras año, y que se denuncian constantemente, son la poca legibilidad de las leyendas informativas y la corta duración de las mismas, especialmente las que se refieren al precio de los artículos o a condiciones básicas de los mismos.
A pesar de todo, asociaciones y jugueteros consideran que la publicidad mejora, aunque se siguen repitiendo esquemas sexistas y antiguos. 'En conjunto, la publicidad es buena, pero no nos gusta como está hecha, porque peca de poca creatividad', piensa Ángeles Pérez, desde la AUC. Para otros, como el defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, el problema no es sólo de los anuncios, sino del 'tremendo bombardeo publicitario que sufren los chavales en esta época, desde un sector tan estacional como el juguetero, que les anula el espíritu crítico'.
El uso de famosos para atraer la atención de los niños, los contenidos violentos y la mezcla de realidad y ficción son tabús en la publicidad infantil