El fraude en Parmalat lleva al grupo a suspender pagos
Italia vive el mayor escándalo financiero de los últimos tiempos. El fraude detectado en Parmalat, que la fiscalía cifra en 7.000 millones de euros, ha provocado la intervención in extremis del Gobierno de Berlusconi, la petición a Bruselas del estado de crisis en el sector lácteo nacional y la presentación por parte de Bank of America de una demanda ante los tribunales, además de una convulsión general en la sociedad italiana. Parmalat anunció a última hora que planea presentar suspensión de pagos.
El Gobierno italiano ha tenido que salir al quite en la crisis de Parmalat con la aprobación ayer de un decreto urgente con el que establece nuevas reglas para rescatar a grandes empresas y que permite que un comité designado por el Ejecutivo se haga cargo de una compañía con graves problemas financieros. El objetivo es facilitar el camino para que Parmalat solicite una rápida protección por bancarrota y se suavice el posible impacto que pueda tener en el empleo. La mayor empresa alimentaria italiana tiene 37.000 trabajadores.
Además, el Gobierno pedirá a la CE que reconozca el estado de crisis en el sector lácteo italiano, para que se deroguen las limitaciones existentes a las ayudas estatales a los ganaderos.
Bruselas ha reaccionado con prudencia a la solicitud de Roma y ha aclarado que estudiará todas las informaciones que el Gobierno italiano entregue, pero dentro de un contexto de crisis, es decir, analizando la situación financiera de la compañía, las cifras y las personas afectadas. De momento, la CE 'carece de datos' como para realizar algún comentario. Asimismo, el Gobierno italiano podría reorganizar las autoridades de control del mercado de valores y el régimen de sanciones para evitar en el futuro situaciones similares a la generada por Parmalat.
Demanda de Bank of America
Y es que la crisis del gigante italiano alcanza cada día una mayor magnitud. Bank of America presentó ante los tribunales de Milán una demanda contra Parmalat por falsificación en escrito privado. Los servicios jurídicos del banco han presentado esta demanda ante la Fiscalía de Milán, donde ya está abierta una investigación judicial por falsificación del balance contable, fraude y manipulación de las acciones.
El banco reveló la semana pasada que el documento que acreditaba que la filial de Parmalat Bonlat tenía un depósito de valores y otros títulos por valor de 3.950 millones de euros es falso. Este certificado fue utilizado para justificar las cuentas de la filial, con sede en las islas Caimán.
Clesa pide calma a banca y proveedores
El nerviosismo generado tras la crisis del grupo italiano ha obligado a su filial española a salir del paso 'ante las noticias que cada día están apareciendo de la gravísima situación de Parmalat' y pedir tranquilidad a proveedores, banca y clientes, así como a los trabajadores de la compañía.La empresa reiteró que las sociedades que conforman el grupo Clesa 'gozan de personalidad jurídica independiente'. Además, indicó que 'han tenido siempre y siguen teniendo autonomía financiera respecto de la sociedad italiana Parmalat, cuya única vinculación consiste en que es la titular de las acciones de Clesa'. La firma presidida por Arturo Gil hizo hincapié en que las garantías del grupo Clesa están basadas 'en la solvencia de todos sus activos industriales y comerciales, así como en su capacidad de generación de beneficios'.Por ello, Clesa hace un llamamiento 'a todos los que de una u otra forma tienen relaciones con el grupo, y en especial a proveedores, clientes e instituciones de crédito' para que propicien la estabilidad de las actividades de la empresa 'con independencia de su actual vinculación accionarial a Parmalat'.La compañía se comprometió a 'garantizar la continuidad de los negocios y la salvaguarda de los puestos de trabajo'. Toda la gestión de Clesa 'está basada en este empeño', dijo la firma.Los sindicatos se han unido en los llamamientos a la calma para evitar al máximo el efecto de la crisis de la matriz italiana. Sebastián Serena, responsable de la secretaría sectorial de alimentación de UGT, hizo ayer una llamada para que 'entidades financieras y proveedores mantengan su colaboración y confianza para garantizar la continuidad del negocio'.
Cábalas y expectación en el sector
Proveedores, bancos, clientes, empleados y competidores de Clesa han dirigido su mirada a la dirección de la filial de Parmalat que ayer se apresuró a lanzar un mensaje de sosiego en todas direcciones destacando su independencia jurídica y operativa.1Los sindicatos españoles también se han unido a esa dinámica de tranquilidad, aunque reconocen que han mantenido reuniones con la dirección y que se han puesto en contacto con los otros comités de empresa europeos a fin de organizar canales de información.2De todos modos, la plantilla es uno de los objetivos prioritarios para el Gobierno italiano. 'Salvaguardar el empleo, no a los accionistas ni a la directiva', señaló ayer el ministro de Industria, Antonio Marzano.3Las cuentas de Clesa están saneadas en apariencia, con un resultado neto consolidado de 2,3 millones de euros en 2002 y una previsión de cinco millones para este año.4Las quinielas resultan ya inevitables y en el sector se empieza a plantear la posibilidad de que la italiana se vea obligada a vender parte de sus activos.5Si en esa hipotética desinversión figurara la filial española, habría que esperar a conocer los términos de la venta, ya que Clesa tiene diferentes líneas de negocio. Fuentes del sector señalan que los posibles compradores estarían en consonancia con el método que se siguiera para la desinversión. Entre los nombres que han empezado a surgir en el ambiente figura la americana Deam Foods (Celta), caracterizada por una agresiva política de compras, así como Ebro Puleva que ya intentó comprar Clesa en 1999.