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Escándalo financiero

El Gobierno italiano aprueba una ley para rescatar a Parmalat de su crisis

El prometido plan de rescate que Berlusconi había anunciado para socorrer a Parmalat de su crisis financiera ha sido aprobado esta tarde por el Gobierno italiano. El Consejo de Ministros ha aprobado urgentemente un decreto para la reestructuración de grandes empresas que pueden caer en la insolvencia. Aún así, todavía quedan muchas dudas por despejar en lo que puede ser el mayor escándalo contable de Europa.

El Gobierno italiano ha aprobado hoy con carácter de urgencia un decreto ley para ayudar a las grandes empresas en dificultades financieras y cuyo primer objetivo será tratar de superar la crisis que atraviesa el grupo alimentario Parmalat. Al mismo tiempo solicitará a la Comisión Europea que reconozca el estado de crisis en el sector lácteo italiano, para que se deroguen las limitaciones existentes a las ayudas estatales a los ganaderos.

Según ha explicado el ministro de Industria, Antonio Marzano, la nueva ley permitirá intervenir en las empresas con más de mil trabajadores y una deuda superior a los 1.000 millones de euros que se encuentren en estado de insolvencia. A pesar de ello, y a la espera de que se concreten los detalles de dicho plan, todavía quedan muchas dudas por despejar en lo que puede ser uno de los mayores escándalos financieros de Europa. Según ha comunicado Marzano las sociedades afectadas serán gestionadas por un comisario extraordinario con amplios poderes y que será nombrado por el Gobierno para preservar la continuidad de la empresa.

Hoy, los títulos de Parmalat continúan suspendidos de cotización en la Bolsa de Milán, como ya sucedió en jornadas anteriores, tras haberse depreciado un 95% en ocho sesiones. Asimismo, ya es efectiva su salida del Mib 30, principal índice del parqué italiano, según un comunicado publicado por Borsa Italiana, sociedad reguladora de los mercados italianos de valores.

El escándalo de Parmalat

El caso de Parmalat es uno de los mayores escándalos en Europa de los últimos tiempos y la que podría ser la mayor bancarrota en una de sus empresas, que recuerda inevitablemente al escándalo Enron y sus consecuencias. Tras reconocer un agujero en sus cuentas de unos 4.000 millones, y que se teme puedan ser entre 7.000 y 10.000, Parmalat ha sufrido un castigo bursátil que ha adelgazado su capitalización a 89 millones, de los 1.824 con que arrancó diciembre. Así lo publica hoy Cinco Días, como muchas cabeceras de la prensa económica y general del continente, recordando el descalabro financiero del grupo italiano.

El pasado fin de semana, el primer ministro Silvio Berlusconi prometió un macroplán de salvamento, que podría reducirse a un programa algo más modesto de rescate. El mandatario habló de ayudas, pero no concretó nada más, aunque se espera que proteja los 36.400 empleos que da la firma en el mundo. Además, Bruselas ya le habría advertido de que deberá consultar con las autoridades de la UE posibles ayudas al grupo. Los vaticinios apuntan a que conseguirá el escudo de los bancos acreedores.

Por otra parte, la entidad financiera Bank of America ha presentado ante los tribunales de Milán una demanda contra la firma italiana por falsificación en escrito privado, informan las agencias Ansa y Radiocor. La Fiscalía ya tiene abierta una investigación judicial por falsificación del balance contable, fraude agravado y manipulación del valor de las acciones. El viernes, la maltrecha situación de Parmalat se precipitó cuando la entidad bancaria negó la autenticidad de un documento que garantizaba la existencia de 3.950 millones en una cuenta de una compañía off-shore, Bonlat, con sede en las islas Caimán.

Parmalat es la mayor empresa alimentaria italiana, emplea a 37.000 personas en todo el mundo, factura casi 8.000 millones de euros anuales y arrastra una deuda bruta de más de 6.000 millones de euros.

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