El acuerdo de reforma de Berlín

Se va a sentir alivio fuera de las fronteras alemanas tras la reforma fiscal y laboral acordada por el canciller Gerhard Schröder y los líderes conservadores de la oposición. El colapso de las reformas -que se podía haber dado- habría dañado la frágil recuperación de la mayor economía europea (...). Estas medidas deben ser un comienzo. Funcionarán sólo si la nación acepta que está embarcada en un proceso de modernización de los elevados impuestos a la riqueza, de forma que sea más fácil crear empleo y beneficios (...). La mayor ganancia es para el mercado laboral, donde la oposición ha tenido éxito en reforzar las medidas para remover las rigideces en las reglas del empleo y en el manejo del desempleo (...). Las decisiones de recortes de impuestos son más problemáticas (...). Se ha perdido una oportunidad para simplificar las lagunas que aún perduran en la legislación fiscal alemana e introduce inseguridades en su financiación (...). A corto plazo no van a tener un gran efecto sobre el crecimiento. Sólo tendrán éxito si los políticos de todos los partidos comienzan a acelerar el proceso, en vez de ahogar el tema como otras muchas veces ya han hecho.