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Automóvil

El dilema de Kirk Kerkorian: ganar o ganar más

El pasado jueves 11 de diciembre, el presidente del fabricante de automóviles germano-estadounidense Daimlerchrysler, Jürgen Schrempp, comparecía por tercer día frente al tribunal de una pequeña localidad del Estado de Delaware que juzga el supuesto caso de fraude en la fusión entre Daimler y Chrysler en 1998.

Un caso que llevó ante la ley el ex máximo accionista de Chrysler, el inversor Kirk Kerkorian. Kerkorian asegura que Daimler-Benz y Schrempp le timaron, ya que le vendieron como una fusión entre iguales lo que él considera que fue una compra, ahorrándose así una prima por absorción .

La declaración del directivo germano -y de otros ejecutivos que participaron en la integración de las compañías- ha convencido a los juristas, que se decantan por una victoria de la compañía y del propio Schrempp, que comparece como imputado.

Kerkorian ha logrado en Bolsa 5 millones de dólares desde que comenzó el juicio

Pero, además, ha persuadido a los mercados, que ya apuestan por una derrota de Kerkorian. Lo demostraron con un repunte de los títulos del 1,7%. Desde que comenzó el juicio el pasado 1 de diciembre, las acciones se han encarecido el 11,5%.

El cuarto fabricante mundial de coches no ha sido el único beneficiado de este repunte. Las declaraciones de Schrempp desmintiendo a Kerkorian favorecieron... al propio Kerkorian. El inversor de origen armenio ha ganado más de cinco millones de dólares en Bolsa desde que comenzó el juicio, hace once días. Sólo durante los tres días que usó Schrempp para intentar demostrar que las tesis de Kerkorian son erróneas le proporcionaron 1,2 millones al principal accionista de la productora Metro Goldwyn Mayer y dueño de casinos en Las Vegas.

Es más, las acciones de la compañía subieron el 2,3% el 3 de diciembre, el día en que el antiguo presidente de Chrysler, James Holden -a quien Schrempp retiró del cargo- afirmó en el estrado que no creía que el directivo alemán quisiese engañar a los accionistas. El día siguiente, las acciones volvieron a repuntar, esta vez un 4%, cuando el antiguo primer ejecutivo de Chrysler Robert Eaton desmintió a Kerkorian y negó que hubiese existido una absorción.

Aun así, estas ganancias serían sensiblemente inferiores a los más de 1.000 millones de euros que reclama como indemnización o los 300 millones que le ofreció Daimlerchrysler antes del juicio para evitar entrar en los tribunales. Una oferta que Kerkorian rechazó.

En cualquier caso, las cifras quedan empequeñecidas al lado de los 3.400 millones de dólares (2.800 millones de euros) de fortuna personal que se le atribuyen a Kerkorian. De hecho, la revista Forbes le sitúa en el puesto 33 de los hombres más ricos del país y el número 97 del mundo.

El esquivo Kerkorian comenzó comprando acciones de Chrysler en 1990, año en el que el fabricante perdió 240 millones de dólares sólo en el tercer trimestre. Entonces pagó 12,37 dólares por cada uno de los 22 millones de títulos que compró. En octubre de 1991 se hizo con otros seis millones de acciones, a 10,13 dólares la pieza. Ese año, Chrysler perdió 791 millones de dólares de entonces, unos 649 millones de euros al cambio actual.

En el momento de la fusión, en 1998, Kerkorian poseía unas 89 millones de acciones. Un empleado de Tracinda, la compañía a través de la cual Kerkorian instrumenta sus inversiones, declaró recientemente que, tras la fusión, el ejecutivo redujo su participación de 41 millones a un millón de acciones, debido, en gran medida, a la progresiva pérdida de valor del paquete. Su cartera tiene un valor en Bolsa de 29,1 millones.

Los ex directivos de Chrysler desinflan las acusaciones

Uno tras otro, los ex directivos de Chrysler, o aquellos que participaron en el proceso de integración de la compañía con Daimler-Benz. El último ha sido Thomas Stallkamp, que asumió la responsabilidad de la división Chrysler una vez que se hubo fusionado.Stallkamp aseguró el viernes que nunca sintió 'que existiese una agenda oculta' y que no creía que hubiese un 'plan maestro detrás'. La opinión de Tallkamp no es interesada, ya que Schrempp forzó su salida en septiembre de 1999. Schrempp también haría lo propio con su sucesor, James Holden, que sólo duró un año en el cargo.Robert Eaton, presidente del consejo de administración de Chrysler entre 1992 y 2000, aseguró que no recordaba planes ocultos ni dobles intenciones durante el proceso de fusión de ambas compañías.Schrempp, además, aseguró durante su comparecencia del día 10 de dicembre que de hecho fue Eaton quien ideó buena parte de las operaciones y quien tomó bastantes decisiones durante la fusión.Se espera que el juez Joseph Farnan Jr. emita su opinión aprincipios del próximo año. El juicio se lleva a cabo sin jurado.

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