La fiebre por el tulipán se repite en Holanda 400 años después
Han pasado 400 años desde que miles de personas se arruinaran en Holanda por especular con los precios de los tulipanes. La fiebre por estas flores las convirtió en auténticos artículos de lujo y un sólo ejemplar de una variedad rara llegó a costar lo mismo que la casa más cotizada de Amsterdam. Para pagar estos precios muchos intercambiaron negocios y casas por bulbos. La burbuja resultó insostenible y en 1637 los precios comenzaron a caer en picado.
El quebradero de cabeza que vivieron miles de familias entonces podría repetirse hoy en pleno siglo XXI. Una variedad moderna de aquella especulación con los precios futuros del tulipán amenaza de nuevo a Holanda. Los fanáticos de las flores siguen vivos, el comercio de flores continúa de moda y muchos han encontrado en él una alternativa de inversión.
El fondo Novacap Florales Future Fund ha explotado esta vía de negocio y ha logrado que cada partícipe invierta un mínimo de 100.000 euros con la promesa de obtener rentabilidades del 30% gracias al potencial de nuevas variedades de tulipanes.
Las autoridades holandesas investigan este fondo para determinar la validez de las transacciones que ha realizado a través de Sierteelt Bemiddelings Centrum (SBC), un creador de mercado especializado en encontrar compradores para las nuevas variedades de bulbos. El propio fondo también investiga los contratos que SBC tiene supuestamente con cerca de 200 compradores de tulipanes holandeses.
Los reguladores temen que los 120 partícipes que invirtieron 85,2 millones de euros en este fondo descubran que en realidad no existe un comprador final y vean como desaparecen sus ahorros. SBC, entre tanto, se ha declarado en bancarrota.
Muchos expertos de la industria reconocen que los inversores arriesgaron mucho al apostar con tanta agresividad por el precio que podía alcanzar una variedad de tulipán. Los realmente rentables son escasísismo y sólo se pueden explotar comercialmente después de cultivarlos durante 20 años.
La historia podría repetirse. En el siglo XVII miles de personas, atraídas por la promesa de dinero rápido, se arruinaron. Hoy las lecciones del pasado siguen sin surtir efecto.
Internet y la burbuja de los tiempos modernos
El precio desorbitado que alcanzaron los tulipanes en el siglo XVII no queda tan lejos. Hace tan sólo unos años la euforia que desató Internet derivó en la burbuja especulativa de los tiempos modernos. Empresas con ideas innovadoras pero sin nada, sólo promesas de negocio, alcanzaron precios desorbitados en Bolsa. La debacle llegó a partir de marzo de 2001 y tres años después los mercados aún no han acabado de purgar los excesos del pasado.