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Ocio

Las exhibidoras de cine y las 'majors' se baten en los tribunales de Competencia

Los grandes estudios de Hollywood y las exhibidoras de cine españolas se han enzarzado en una serie de denuncias ante los órganos reguladores de la Competencia. Las salas de cine acaban de recibir la noticia de que el Servicio de Defensa de la Competencia ha admitido la demanda presentada contra las cinco majors 'encontrando indicios de cartel y abuso de posición dominante', según el abogado de la parte demandante, José Eugenio Soriano.

Tras seis meses de estudio (información reservada), ya que la denuncia se puso el pasado mes de febrero, el servicio ha instruido el expediente. Las grandes productoras de Hollywood y sus distribuidoras (Warner, Columbia, UIP, Hispanofox Films y Buenavista/Walt Disney) han reaccionado de forma inmediata y han recurrido al Tribunal de Defensa de la Competencia para que se archive el caso, señala José Eugenio Soriano, catedrático de Derecho Administrativo.

Ahora el tribunal debe decidir si acepta el recurso de las majors y deja a los exhibidores sin la posibilidad de que siga adelante su denuncia o si rechaza el citado recurso y devuelve el expediente al servicio para que siga la instrucción. Este proceso puede tardar de uno a dos meses, pero es un tiempo muerto, ya que de reanudarse el caso, este periodo no contabiliza.

La denuncia presentada por las salas de cine argumenta acuerdos de precios entre las empresas productoras, pactos de cartel sobre las condiciones del servicio -plazos de entrega, recogida y devolución de material, etc.-, negativas a realizar suministros si no se cumplen determinadas exigencias, e imposiciones en la gestión de los cines -deciden qué sala prefieren para cada película sin dejar opción al exhibidor-. Otra de las grandes quejas de los exhibidores es que se les imponga la adquisición de varias películas que no desean para poder tener acceso a los títulos de éxito. 'También hay casos de discriminación a exhibidores que han sido rebeldes o se han mostrado en contra de la política abusiva de estos grandes estudios y sus distribuidoras', señalan fuentes del sector.

Según el abogado de los exhibidores cinematográficos, una de las novedades de esta denuncia es que es la segunda vez que el servicio acepta imputar no sólo a las empresas, sino también a tres de sus directivos. La primera vez fue en el caso Faconauto.

Esta imputación a personas físicas se ha debido a una serie de amenazas por carta que algunas majors realizaron a los responsables de las salas de cine españolas. Este diario no pudo recabar información de las majors.

Un largo camino por andar

La CE ya inició el pasado verano un borrador para limitar los poderes de las grandes productoras estadounidenses y sus distribuidoras. Según un estudio de PwC, la distribución de películas y otros programas de entretenimiento moverá alrededor de 43.300 millones de euros en Europa.Los exhibidores españoles empezaron a enviar hace unos meses una serie de cartas a los responsables de las majors en Los Ángeles advirtiendo de la denuncia. Fuentes del sector aseguran que desde entonces ha cambiado la actitud de los americanos; ahora les responden en castellano y se muestran más comunicativos.Si el órgano de Competencia español no resuelve a su favor, los exhibidores estudian la posibilidad de denunciar a las majors en su propio terreno, el Departamento de Justicia de Estados Unidos.Otra de las opciones que se barajan es la denuncia ante la DG 4 de Bruselas para que sea la autoridad de la Competencia europea la que se haga cargo del caso.

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