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Euro

La interpretación negativa de un informe de Bruselas agita el mercado de divisas

La presunta, y pronto desmentida, intención de Bruselas de limitar la libertad de movimiento de capitales para frenar la revalorización del euro bastó ayer para que la cotización de la divisa única se detuviese repentinamente en su escalada frente al dólar.

El diario londinense The Daily Telegraph había lanzado la alarma al interpretar el recóndito anexo de un reciente estudio de la Comisión Europea como una señal inequívoca de que Bruselas sopesaba la idea de restringir el flujo de capitales por un máximo de seis meses.

La más leve señal es suficiente en estos momentos para desatar el reflejo defensivo del inversor (y el impulso de fuga del especulador). Internet hace aún más vulnerables los mercados a la propagación de rumores inocentes o malintencionados. La UE, en efecto, puede restringir la libertad de movimientos de capitales, según el Tratado de la Unión. No es nada nuevo, pero tampoco tiene intención de tomar una medida sin precedentes recientes en países desarrollados.

La cotización del euro sólo notó una leve agitación que fue pronto corregida. Con todo, fue la comidilla de la mañana en los mercados financieros. La moneda, posteriormente, marcó máximo histórico frente al dólar en 1,216 después de que el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, no hiciese comentarios negativos sobre la carrera alcista de la moneda.

La prensa eurofóbica se limitaba, hasta ahora, a anunciar las aviesas intenciones de Bruselas de armonizar el tamaño de los pepinos o prohibir la curvatura de los plátanos. Pero, si el euro se convierte en objeto de sus especulaciones, la broma puede convertirse en susto.

La UE quiere castigar el engaño intencionado

La Unión Europea ultima una directiva que armonizará y endurecerá el castigo de la información privilegiada y la manipulación de los mercados. El desarrollo de la ley perseguirá, en concreto, la publicación en medios informativos de datos o comentarios dirigidos a alentar movimientos en los mercados que reporten un beneficio especulativo para el propio autor o sus cómplices. La asociacíón europea de editores ha presionado a las autoridades comunitarias para que refinen el texto y eviten que se castigue la simple errata o el error no intencionado. Bruselas quiere extremar el rigor, dada la sensibilidad de los mercados y su reacción inmediata a cualquier dato.

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