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La moda de los presos sale a la calle

Olvídese del look militar porque desde hace varios meses está en la calle lo último, el look carcelario. Al menos en Alemania. Haeftling, una tienda de ropa que vende a través de Internet, se ha puesto de moda en el país germano y es todo un éxito desde su lanzamiento el pasado julio. En sólo unas semanas, y sin apenas publicidad, la marca facturó más de 100.000 euros, y a mediados de agosto no tuvo más remedio que interrumpir las ventas y cerrar provisionalmente la web porque era imposible atender todos los pedidos.

Pero lo más inusual es que las camisas, pantalones y chaquetas de Haeftling no sólo se asemejan a la ropa de los reclusos de una cárcel, sino que están fabricadas en una institución penitenciara de Berlín y por auténticos presos.

Que los reclusos fabriquen artículos para el consumo propio o para vender al exterior es frecuente, pero ésta es la primera vez que una prisión tiene semejante apoyo de marketing detrás. La responsable del proyecto es la agencia de publicidad berlinesa Herr Ledesi, que ideó la marca Haeftling (en español prisionero) y que gestiona la tienda en Internet. Su presidente, Stephan Bohle, comentó a este periódico que espera que la cifra de ventas 'alcance los siete dígitos en el conjunto del próximo año'. La marca ha vuelto a vender recientemente, tras un parón obligatorio motivado por la enorme demanda, y desde esta semana el cliente puede encontrar de nuevo casi toda la gama de productos. Haeftling ofrece camisas, pantalones, chaquetas, bolsos y ropa de casa en un estilo que coincide con el cliché carcelario. En el muestrario no falta, por ejemplo, la típica camisa a rayas que todos asociamos a una prisión. La firma comenzará su expansión internacional el próximo año y el look carcelario podría llegar también a España. 'En enero empezaremos a distribuir en toda la Unión Europea y haremos una versión en inglés de la página web, con el fin de ampliar nuestro ámbito de actuación y captar un mayor número de clientes', avanzó Bohle.

Para este publicitario, la idea no sólo da ocupación y salario a los más de 80 presos que trabajan en Haeftling, sino que, además, es una fuente de ingresos para el erario público. Parte de los beneficios se queda en la propia prisión o en la agencia de publicidad, pero otra parte va directamente a las arcas de la ciudad de Berlín, una de las más endeudadas de Alemania.

Sin embargo, algunos políticos socialdemócratas berlineses se han mostrado más críticos y acusan a la agencia explotar en su web una imagen estereotipada de los reclusos. 'Se impide que se vea a los presos como una parte integrante de la sociedad', dijo la ministra de Justicia del Estado federado de Berlín, Karin Schubert, en relación con las imágenes de la página en Internet (en la fotografía), que muestran a supuestos criminales en las típicas fotos para la ficha policial junto a las camisas a la venta y sus correspondientes precios.

Quizás la polémica haya avivado los deseos de los jóvenes alemanes de lucir esta nueva imagen. En cualquier caso, ha logrado hacerse un hueco y parte de su éxito viene del boca a boca, ya que la dirección de la firma en Internet (www.haeftling.de) ha ido corriendo entre las personas jóvenes deseosas de vestir de forma diferente. A la vista de los resultados, las perspectivas para Navidad son muy optimistas.

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