En busca de los últimos dedos de luz en Túnez
Los mejores dátiles del mundo se conocen como dedos de luz y se recogen estos días en los oasis de Tozeur, en el sureste de Túnez. Cerca de 200 manantiales irrigan 1.000 hectáreas de terreno en el que el tesón del hombre del desierto ha levantado 266.000 palmeras.
Hasta mediados de diciembre los oasis son un espectáculo. Para los ojos y para el paladar. Los trabajadores jóvenes suben hasta la cima de las palmeras para cortar y descolgar los racimos de dátiles que van bajando en cadena hasta el suelo. Los salarios que reciben los braceros siguen esta misma dirección. A mayor altura, mayor sueldo.
Abajo, los mayores de las familias se encargan de clasificar los frutos. Los más codiciados se llaman dedos de luz, porque la carne del dátil es tan azucarada y transparente que permite ver el hueso al trasluz.
Aunque hay algunos palmerales salvajes en Túnez, la mayoría son el producto de la sabiduría y el trabajo del hombre. El matemático Ibn Chabbat es el padre de la ingeniería que ha permitido aprovechar hasta la última gota de agua de los manantiales para mantener la fertilidad de los oasis.
Chabbat ideó el Gadouss, la unidad que mide el agua que necesita cada palmera. Un tribunal de aguas, compuesto por los mejores hombres de cada pueblo, vela por que se cumplan las normas de suministro y equidad de tan valioso elemento.
Y si los dátiles de Tozeur y Nefta, la segunda ciudad datilera de Túnez, son famosos por su calidad, en Tamerza se pueden encontrar los mejores de todos. Los más grandes y dulces; y también los más tardíos. Aquí la campaña datilera se prolonga hasta finales de diciembre.
Tamerza, además, ofrece la oportunidad de acercarse a los oasis de montaña, pequeñas superficies fértiles encajonadas entre gargantas rocosas. Y para aligerar tanto dátil, se puede acudir a los lagos salados (Chott El Gharsa y Chott El Jerid) para un espectáculo inolvidable. Hay horas en las que estos desiertos de sal se siembran de espejismos.
Datos prácticos
Llegar Tozeur dispone de aeropuerto internacional y vuelos regulares con Túnez capital. Dormir Hotel Tamerza Palace, un cuatro estrellas que combina la arquitectura del desierto con líneas actuales. La habitación doble cuesta 200 dinares tunecinos (136,05 euros).