Nuevo varapalo judicial a la política de competencia de Monti
Volkswagen ha sido la última empresa en beneficiarse de la revisión judicial de las decisiones administrativas sobre competencia de la Comisión Europea. Bruselas impuso en 2001 una multa de 30,96 millones de euros al fabricante alemán por impedir que sus concesionarios vendieran el modelo Passat por debajo del precio recomendado. Los jueces comunitarios sentenciaron ayer que 'la Comisión no ha demostrado que existiera un acuerdo de voluntades' entre el fabricante y los concesionarios. En consecuencia, la sentencia anula decisión del comisario de Competencia, Mario Monti, y la multa impuesta a la empresa.
Se trata del enésimo varapalo judicial que el departamento de Monti recibe en los últimos 18 meses. El Tribunal de Luxemburgo cuestiona, sentencia tras sentencia, los procedimientos que sigue la autoridad de la competencia, sus análisis económicos y su escaso respeto al derecho de defensa de las empresas.
La reconocida credibilidad de la autoridad comunitaria de competencia se está resquebrajando con esta cascada de sentencias revocando sus decisiones. La fragilidad de las pruebas presentadas por Bruselas provoca, además, la paradoja de que los jueces confirman en muchos casos el carácter abusivo o ilícito de las prácticas empresariales investigadas al tiempo que se ven impelidos a anular las sanciones.
La sentencia asegura que la Comisión no ha demostrado acuerdo de voluntades
El pasado mes de septiembre, por ejemplo, el tribunal anuló la multa de 273 millones de euros impuesta a un cartel naviero por pactar las tarifas aplicables en las rutas transatlánticas. Los jueces 'corroboraron en lo esencial' la apreciación del carácter abusivo del acuerdo, como prefiere resaltar el departamento de Monti. Pero la sanción se revocó, apuntilla el tribunal, 'por ausencia de pruebas y violación de los derechos de defensa'.
En el caso de Volkswagen, el fabricante no negó sus presiones a los concesionarios, pero alegó que se trataba de 'iniciativas unilaterales' y, por tanto, no de acuerdo alguno como declaró la Comisión. El razonamiento de la defensa probablemente no sirva de consuelo a los clientes de los concesionarios en Alemania que entre 1996 y 1997 no pudieron beneficiarse de ningún descuento al adquirir un Passat. Pero al fabricante alemán, que ya encajó una multa de 90 millones de euros por prácticas similares en Italia, le ha servido para desmontar las acusaciones de Bruselas y librarse de la sanción.
Las escaramuzas entre los jueces comunitarios y las huestes de Monti se han recrudecido en los últimos meses y adquieren una significación especial desde que el tribunal cuenta con la posibilidad de crear una sala especializada en competencia.
El rigor de las sentencias y la carga de la prueba exigida por los jueces puede imponer la vía judicial a la política comunitaria de competencia. De momento, ya cuestiona seriamente el actual modelo administrativo basado en la decisión de Bruselas y la posibilidad de recurso a posteriori de las compañías. No pocos abogados y empresas quieren invertir ese orden.
La decantación hacia un modelo u otro dependerá en buena parte del recurso presentado por Monti contra una de las sentencias del tribunal de primera instancia. Si la máxima instancia no falla a favor de Monti, sus tesis pueden resultar insostenibles.
Las cifras
31 millones de euros que Bruselas impuso a Volkswagen por violar la ley comunitaria se anularon ayer por el Tribunal de la UE.1.000 millones en multas ha impuesto Competencia en el año 2002.462 millones de multa deparan a la farmacéutica Roche el triste honor de liderar la tabla de sanciones de la Comisión Europea.
Los recursos permiten a las empresas rebajar la sanción
Los recursos de las compañías ante el Tribunal de Justicia de la UE se saldan no pocas veces con la anulación de la multa impuesta por la Comisión Europea, su rebaja o la revisión del caso. La siderúrgica Arbed (hoy parte de Arcelor) vio cómo los jueces reducían en más de un millón la multa de 11 millones de euros que le impuso la CE en 1994 por participar en un cartel del acero. Y la máxima instancia anuló totalmente en septiembre de este año la sanción. Volkswagen se benefició en el año 2000 de una reducción de 12 millones en la multa de 102 que sufrió en 1998.Pero la impugnación de la multa no siempre da resultado. El fabricante de neumáticos Michelin vio en septiembre confirmada una multa de casi 20 millones.
Tres fusiones debieron haber sobrevivido al rigor del comisario
Importantes proyectos de fusiones empresariales que, según el tribunal de primera instancia de la UE, podrían haberse llegado a materializar, se estrellaron contra las objeciones de la Comisión Europea. Airtours y First Choice en el sector turístico; Schneider y Legrand, en el de componentes eléctricos, y Tetra Laval y Sidel, en el de envases, vieron abortados sus deseos de crear un gigante europeo. De poco sirvió a las empresas involucradas el reconocimiento judicial posterior. Ninguna pudo rehacer el proyecto frustrado y los jueces aún no les han reconocido el derecho a indemnizaciones, para lo cual tendrían que demostrar un elevado grado de negligencia por parte de la Comisión o una actuación deliberada en su contra.
Bruselas espera en vilo el fallo sobre el veto a General Electric
El pulso entre Mario Monti y Jack Welch se saldó en 2001 con el veto a la fusión de General Electric y Honeywell. El comisario europeo de Competencia amargó así la última aventura empresarial de uno de los ejecutivos más poderosos y prestigiosos de EE UU. Pero el caso se encuentra ahora recurrido ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Y aunque Welch ya no comanda General Electric, a buen seguro que espera con ansiedad el fallo de los jueces. Un revés judicial en una fusión de tal envergadura desprestigiaría hasta extremos poco soportables al Departamento de Competencia de la Comisión Europea. La confirmación del veto, en cambio, recargaría la moral de una unidad vapuleada por los jueces.