Un monovolumen en la familia Focus
Ha sido el último en llegar, pero no por ello deja de estar a la altura de lo esperado. Y es que el estándar que fijan sus rivales en el segmento de monovolumen compacto obligaba al nuevo Focus C-Max de Ford a 'inventarse' virtudes capaces de atraer a compradores que ya tenían en el punto de mira vehículos como el Renault Scénic II o el exclusivo VW Touran.
El reto ha sido resuelto con eficacia, pues el último Ford ofrece un compromiso entre confort de marcha y estabilidad, con independencia de la velocidad o el estado del firme. Además, no falta un plantel mecánico acorde. En este sentido, la única opción de gasolina disponible -con un precio de 18.035 euros con acabado Trend-, un 1.6 de 109 CV, ofrece un rendimiento razonable, de 185 km/h y 7 l/100 km.
Más satisfactorios resultan, sin embargo, los turbo diésel TDCi, de 1,6 y 2,0 litros. El primero -desde 20.195 euros, únicamente disponible en terminación Trend- ya permite 185 km/h y 4,9 l/100 km, a partir de una potencia idéntica a la del gasolina. Dicho de otro modo, dentro de la gama, resulta un coche atractivo para la mayoría de usuarios. Sin embargo, pensando en conductores más exigentes, la versión 2.0 -desde 21.385 hasta 23.125 euros, con niveles Trend y Ghia, éste muy completo-, de 136 CV y cambio manual de seis marchas (cinco en los otros) eleva la capacidad hasta los 200 km/h (0 a 100 km/h en 9,6 segundos), sin que el consumo se resienta, como avalan sus 5,6 l/100 km de promedio oficial.
Por lo demás, los Focus C-Max exhiben un puesto de conducción bien ideado, asiento multirregulable, volante ajustable en altura y profundidad, gracias en buena medida a su elevada consola central y a la posición alta del selector del cambio. Su calidad es aceptable, y en cuanto a la versatilidad, la butaca trasera, que es abatible por completo o parcialmente, puede variarse para transformarse de tres a dos plazas, y viceversa, en el último supuesto con el espacio propio de una gran limusina por anchura y longitud.
mercado
l C-Max ha sido el último de los monovolúmenes compactos en llegar al mercado, dispuesto a competir directamente con el Renault Scénic, el Opel Zafira, el Citroën Picasso y el Nissan Tino. La gran baza que juega el Zafira frente a sus rivales es la posibilidad de llevar siete asientos, opción que se ha descartado en el C-Max, por no considerarla apropiada en este segmento. Las nuevas motorizaciones turbo diésel del monovolumen compacto de Ford son fruto del acuerdo con el grupo PSA.