José Salinas, un negociador forjado en mil batallas
José Salinas ha sido el hombre clave en las negociaciones con America's Cup Management (ACM) para conseguir para Valencia la sede de la edición de 2007 de la prestigiosa regata. Salinas fue nombrado director general del consorcio Valencia 2007, entidad que agrupa a las tres Administraciones implicadas, la central, la autonómica y la municipal, seguramente gracias al éxito cosechado al frente de Valencia Convention Buerau, el organismo municipal que desde hace unos años promociona la ciudad como destino de negocios.
Con el enganche del Palacio de Congresos, edificio diseñado por Norman Foster del que es director, Salinas ha conseguido atraer a la ciudad convenciones y congresos que aumentaron espectacularmente el número de clientes en los hoteles de la ciudad. Las 882.496 pernoctaciones registradas en 1996 se convirtieron en 1.567.177 en 2002.
Este aumento trajo aparejado un incremento notable de hoteles. En los últimos seis años, el número de plazas en la ciudad ha crecido un 24,7%, alcanzando en 2002 las 10.209. Pero la cosa no acaba ahí, porque antes de que se supiese casi ni de la existencia de la Copa América se contabilizaban más de 40 proyectos de nuevos hoteles. Es posible que otros surjan ahora con la designación de la ciudad como sede del evento, en busca de su parte de negocio.
Este crecimiento podría generar una situación preocupante para cuando acabe todo. Según el presidente de la Federación de Empresarios Hoteleros de la Provincia de Valencia, Miguel Ángel Fernández Torán, es necesario constituir un consorcio a la imagen del que se hizo en Barcelona 92 para preparar 2008, 'cuando todo acabe y nos quedemos con un parque hotelero que habrá pasado de 20.000 a 32.000 camas'.
Este posiblemente sea otro de los retos para Salinas, que una vez encarrile las infraestructuras necesarias tendrá que plantearse cómo afrontar el futuro. Aunque resulta extraño hablar de la post-Copa América, muchos empresarios advierten de que el acontecimiento no se puede convertir en pan para hoy y hambre para mañana. 'No es igual la evolución de Barcelona después de las Juegos Olímpicos que la de Sevilla después de la Expo', reflexionan.