El triple reto de la industria cárnica
Si un sector destaca por el dinamismo y la renovación, este es el sector cárnico español, una industria que agrupa a 5.000 empresas, 75.000 trabajadores y una producción del 20% del sector alimentario español, que supera los 13.300 millones de euros.
Hoy, la industria cárnica tiene ante sí un triple reto para su consolidación. Por un lado está el camino emprendido cuando se atajó la desconfianza del consumidor hacia la seguridad alimentaria. Desde los productores a los mataderos, pasando por la industria transformadora, los fabricantes de equipos y la distribución, se ha luchado para recuperar la confianza en la calidad de la carne, potenciando la aplicación rigurosa de la normativa europea que vigila la trazabilidad, a través de etiquetas con detalle del proceso de producción desde los orígenes, alimentación y engorde de los animales hasta las etapas de sacrificio, despiece, transformación y distribución. Sin bajar la guardia, este reto se está alcanzando satisfactoriamente, como atestigua el consumo. Este aspecto debe seguir vigilándose mediante la Agencia Española de Seguridad Alimentaria.
El segundo reto es el de la tecnología, altamente vinculado a la seguridad. Los industriales, reunidos en el Congreso Nacional de la Carne, cuya segunda edición se ha celebrado en Madrid, saben que el futuro depende de la inversión. Hay que aumentar las inversiones en I+D. Es la forma de asegurarse una competitividad ante la evolución de los hábitos de compra y a las demandas de la distribución.
El sector tiene ante sí, además, el reto de la internacionalización. Hoy la balanza comercial del sector cárnico español arroja un saldo positivo de 574 millones de euros en 2002. Muchos de los productos son poco conocidos en el exterior y es necesario un esfuerzo del Icex, en cuanto a cuantía y periodos de las ayudas a los exportadores.
La consecución de estos retos choca con el tamaño de la mayoría de las empresas. Dos transformadoras copan el 35% de las ventas, con el resto de industrias diseminadas en un listado de empresas de pequeño tamaño. Cualquier proceso de aseguramiento de la calidad, de I+D o de comercialización exterior pasa por aumentar la dimensión y disminuir la atomización. Ante la ampliación europea esto será más necesario, ya que crecerá la competencia de países, algunos, como Polonia, con un destacado sector cárnico. Pese a ello, la industria española está concienciada, y es el momento de poner toda la carne en el asador.