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Mar Raventós

'Cuando exiges a la gente, le haces un favor'

Es elegante. Dulce al hablar. Mar Raventós transmite una cercanía, más propia de una madre de familia que de la presidenta de Codorníu. La entrevista está impregnada de referencias a la familia, 'la institución más valiosa que tiene la sociedad'. La entrevista se celebra poco después de haber recibido el premio a la mujer empresaria, que concede la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe).

Pregunta Cuando le dan un premio a un mujer, ¿qué se está valorando?

Respuesta Creo que el trabajo, sobre todo, el trabajo bien hecho se reconoce. La lucha. Yo llevo 27 años en Codorníu y tal vez los primeros años hayan sido los más oscuros, hasta que me eligieron presidenta. Estoy superconvencida de que el reconocimiento se debe a la labor del equipo. Potencio el trabajo en equipo, les digo en qué han fallado y que, si falla alguien, lo hacemos todos. Todos deben tener responsabilidad.

P. ¿Cómo se fomenta el trabajo en equipo?

R. Intento sacar lo que cada persona tiene dentro, lo mejor de cada uno. Hay personas que son muy buenas en una determinada área y pueden hacer bien un trabajo en concreto. Hay que confiar en la gente. He desarrollado políticas dentro de la empresa para fomentar la igualdad, que haya jornada reducida.

P. ¿Cómo compagina ser madre de siete hijos con su profesión?

R. Tengo que decir que cada vez que me quedaba embarazada nadie en la familia daba saltos de alegría. Son machistas, pero yo me sentía apoyada por la gente de abajo, que tenía a mi alrededor. Ha habido momentos muy duros, pero he tenido muchos apoyos.

P. ¿En algunos casos el machismo lo generan las propias mujeres?

R. Somos diferentes y la variedad es buena. Hay que aceptarlo. Hay trabajos que desempeñan las mujeres mejor y otros que no. Yo, por ejemplo, estoy orgullosa cuando mis hijos eran pequeños de haberme quedado en casa.

P. ¿Cuántas horas trabaja al día?

R. Media jornada. Me encanta mi trabajo y, cuando tengo un tema pendiente, no miro el horario. Me entusiasma mi trabajo y mi dedicación es absoluta. Hay un gerente en la compañía que dice que tengo que trabajar 24 horas, pero unos días trabajo ocho horas; otros días, cinco, y otros, tres. No quiero ser el perejil de todas las salsas.

P. ¿Qué cree que ha aportado usted al grupo Codorníu?

R. Creo que fundamentalmente he aportado espíritu de lucha, responsabilidad, humanidad y libertad para que la gente se responsabilice de su trabajo. También me he empeñado en dar a conocer lo que hace Codorníu. Hemos estado pendientes de la labor en el campo, de las plantaciones y no hemos prestado demasiada atención al tema de la comunicación.

P. ¿Entonces, ahora son más transparentes?

R. Es bueno que la gente sepa todo lo que se hace dentro de una empresa. Todo directivo tiene que aportar algo que beneficie a la sociedad.

P. Desde su posición, ¿qué consejo le daría a otras profesionales aspirantes a directivas?

R. Que luchen, pero sobre todo que intenten buscar el equilibrio entre familia y trabajo. Yo les aconsejaría que dediquen el tiempo que necesiten a la familia. Lo peor de todo es hacer las cosas a medias. Si te dedicas al trabajo, tiene que ser al 100% y el tiempo que pasas con tu familia tiene que ser de total entrega. El día tiene segundos y hay que aprovecharlos a tope. Es necesario potenciar el trabajo siempre que no rompa la familia.

P. Parece muy exigente.

R. Mucho, pero empezando por mí misma. Creo que, cuando exiges a la gente, le estás haciendo un favor. Si sólo se da la mitad de lo que se puede dar, es una pena. Le pongo pasión al trabajo y valoro que la gente le ponga esa pasión. También soy muy humana. La humanidad no está reñida con la exigencia.

Una toquilla para las futuras mamás

Cada vez que una empleada del grupo Codorníu se queda embarazada, la presidenta de la compañía lo celebra tanto como la futura mamá. A Mar Raventós le encanta que la natalidad crezca. Tanto que, nada más enterarse de que habrá un nuevo nacimiento, coge la aguja de ganchillo y se pone a tejer una toquilla para el bebé. Y en Codorníu alrededor del 30% de la plantilla son mujeres.Cuenta que aprovecha los tiempos muertos de los aeropuertos para tejer. 'Es una iniciativa que ha tenido muy buena acogida, porque la gente te agradece que les prestes atención y que les dediques tu tiempo', explica Raventós, que asegura que todavía quedan muchos obstáculos que sortear para que las mujeres ocupen puestos de mando. 'No hay que negar que todavía no se han logrado superar del todo estas dificultades, pero, cada vez más, la sociedad se está adaptando'.Sin embargo, considera que ella en Codorníu ha tenido las mismas oportunidades que hubiera tenido un hombre para alcanzar un puesto directivo. 'Mis compañeros y compañeras han entendido con total naturalidad mi evolución dentro de la empresa', señala. No es la única fémina de la familia que ocupa un cargo destacado dentro del grupo. Su abuela, Montserrat Fatjó, fue presidenta durante 26 años. Aboga por la diversidad, 'pero no por estética, sino porque, si todos fuéramos iguales, estaríamos cometiendo un error'.

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