Otra inversión alternativa
El año 2003 será recordado por la propagación de las inversiones alternativas. Los denominados hedge funds se encuentran en la agenda de muchos Gobiernos europeos, que debaten si deben abrir el abanico para dar cabida a estas inversiones consideradas de alto riesgo.
Los inversores institucionales son asiduos de este tipo de activos, pero no únicamente. Sus carteras contienen otro tipo de inversiones alternativas a las de los mercados tradicionales: los activos inmobiliarios y las empresas no cotizadas o capital riesgo.
Según un estudio realizado por Goldman Sachs y Rusell, las inversiones en activos inmobiliarios por parte de los inversores institucionales europeos ocupan un 8,8% de las carteras; bastante más que los fondos de cobertura, que suponen un 3,2%, y que las inversiones en fondos de capital riesgo (un 4,2%). Es reseñable, en todo caso, que tanto los activos de capital riesgo como los inmobiliarios tienen mayor peso que los fondos de cobertura.
El estudio realiza una proyección de cara a los próximos dos años y las conclusiones apuntan a una tendencia similar. Para el año 2005, los inversores institucionales destinarán un 9,7% de sus carteras a activos inmobiliarios, y un 4,8% a capital riesgo. El peso de los hedge funds también crece, pero se queda en el 4,2%.
Curiosamente, las instituciones opinan que serán los activos de capital riesgo los que mejor comportamiento obtendrán en los próximos dos años, un 11% de media anual. Para las compañías de capital riesgo y para los fondos de inversión, las rentabilidades medias anuales esperadas se sitúan en el 7%.
En lo que se refiere a la inversión inmobiliaria, un 87% se materializa en inversiones directas en inmuebles, mientras que un 5% se destina a activos inmobiliarios públicos y un 2% a fondos.
La inversión en capital riesgo se concentra principalmente en lo que se denomina leveraged buyout, esto es, la adquisición de acciones de una compañía mediante la emisión de deuda, aprovechando para el pago la capacidad de endeudamiento de la sociedad comprada.
Otra de las preferencias actuales, y de cara a los próximos años, es la inversión en empresas recién nacidas que necesitan fuertes inyecciones de capital para desarrollarse. Es lo que comúnmente se denomina capital riesgo.
En cuanto a la inversión en fondos de cobertura, las estrategias más utilizadas son las denominadas long-short, donde el gestor toma posiciones sobre renta variable al alza (long) o a la baja (short), según las expectativas sobre un determinado valor.
El 86% de las inversiones en hedge funds se realizan a través de fondos de fondos, para diversificar.
Opciones para el pequeño inversor
El inversor de a pie tiene bastante limitadas sus opciones a la hora de encontrar alternativas a los mercados tradicionales. Pero las hay. Obviamente, la inversión inmobiliaria está al alcance de cualquiera que pueda financiar la compra de inmuebles. Para importes inferiores, además, el inversor tiene la opción de los fondos inmobiliarios, productos que invierten en inmuebles y que generan una rentabilidad muy estable, cercana al 7% anual.El inversor español también dispone de una pequeña gama de fondos de inversión alternativa a la venta en España, si bien se trata de productos de corte muy conservador que limitan mucho el riesgo y que ofrecen rentabilidades ligeramente por encima del euribor. Está por ver cómo se desarrolla este apartado en el reglamento de la Ley de Fondos que se acaba de aprobar.La nueva legislación también abre la posibilidad de que los fondos inviertan en sociedades no cotizadas en mercados regulares.