'Shell aporta a España nuevas fuentes de suministro de gas'
En la disputada actividad del gas, el grupo angloholandés Shell ha logrado en pocos años una cuota en el mercado español similar a la que tiene en actividad petrolera. Su fortaleza en el mundo es una de las claves.
Pregunta ¿No cree que Shell no cuenta en España con la presencia que le corresponde como gran multinacional petrolera?
Respuesta Antes hay que señalar que, como compañía líder global en energía, todas las estrategias de Shell están influidas por el objetivo de mantenerse en ese lugar de liderazgo en el mundo. Por ello las dimensiones del país juegan menos, lo que estamos tratando es siempre a escala global. Lo que pasa es que esa estrategia se traslada a las diferentes regiones, y en el caso de Europa tenemos una organización europea con el mismo objetivo: ser el número uno energético. Y lo somos. En el mundo de la energía hablar de un país o comunidad es una visión caduca: la energía se está globalizando cada día más.
Pero España es un país clave dentro de ese escenario europeo, por lo que también aquí estamos implementado estrategias de desarrollo del negocio. En el mercado español hemos crecido en los últimos cinco años en el petróleo, el gas natural y las energías renovables
P. Pero Shell, como todas las multinacionales, sólo apuesta por las áreas más rentables de cada país...
R. En el arco mediterráneo, como en otras regiones, nuestra estrategia es de concentración. Por ejemplo en el norte de Italia tenemos una cuota en el mercado de petróleo del 15% al 16%, mientras que en el sur es muy inferior. En el conjunto de España, en estaciones de servicio contamos con una participación superior al 4%: también aquí hemos desarrollado una política de concentración regional. En áreas, como Canarias, tenemos una posición más fuerte, en zonas de Cataluña estamos entre 15% y el 16%, y en Andalucía Oriental, en el 10%.
P. Parece que hasta a Shell le cuesta luchar contra Repsol YPF.
R. Nosotros no luchamos contra nadie. Tratamos de servir a los clientes en los mercados y con los productos con los que operamos. Y lo hacemos con éxito, ya que tenemos fortaleza para poder ofrecer productos y servicios diferenciados. Pero además el mercado español es complejo, lleva mucho tiempo abrir un establecimiento, ya que está ligado a una serie de permisos que hace que el proyecto de una estación de servicio pueda alargarse tres años.
P. ¿Se ha convertido el gas natural en la estrella de la actividad de Shell en España?
R. A diferencia del negocio de estaciones de servicio, en el que hace falta una extensa red de distribución, en el caso del gas se puede tomar una cuota significativa si se acude con ofertas competitivas a los grandes clientes industriales o comerciales. Esto nos ha permitido lograr cuotas similares al del petróleo, más del 4% del mercado español, pero un periodo de tiempo muy inferior. La actividad de gas representa aquí ya el 25% de nuestra facturación total.
P. ¿Y cuáles son las posibles ventajas? ¿Qué pueden ofrecer a esos clientes?
R. Nuestra posición nos posibilita traer al mercado español suministros que históricamente no eran tradicionales. Hemos traído cargamentos de Malaisia y de zonas que no eran abastecedoras de España, lo cual ha aportado las ventajas de la diversificación, del acceso a nuevas fuentes de suministro. Esa ha sido una de las aportaciones más claras, además por esa diversificación somos capaces de afrontar situaciones que puedan ser comprometidas. De esa forma hemos alcanzado esas cuotas cercanas al 5% del mercado total, y sólo centrados en grandes consumidores.
La dimensión de este mercado del gas es global; está totalmente interconectado. Shell ha estado en los últimos años en el grupo de los dos o tres líderes mundiales y cuenta con una capacidad clara de mantener esa posición en el futuro. El grupo tiene megaproyectos en Rusia, en Qatar, en China... en todos los mercados de futuro.
P. ¿Y han tenido problemas como otras comercializadoras con Enagás para operar en España?
R. Yo no utilizaría ese sustantivo. Enagás es un vehículo necesario para ejercer la actividad gasística en territorio español y, por tanto, hemos tenido una amplia relación comercial con ellos, y siempre que hemos encontrado dificultades las hemos ido resolviendo.
P. ¿Cree que se alcanzará un precio del crudo estable y positivo para el crecimiento de la economía mundial?
R. No es fácil aventurar previsiones, pero, cuando el precio del crudo está muy bajo, se producen efectos negativos para los países productores, pero también despilfarro energético en los consumidores. Por contra, cuando está muy alto, algunas economías quedan estranguladas, y eso repercute en menor demanda. Por ello hay que pensar en un punto de equilibrio entre las grandes oscilaciones de estos últimos años, pero no me atrevo a decir si está en torno a los 24 o los 28 dólares por barril.
P. ¿Por qué la tercera base de crecimiento del grupo en España es la energía renovable?
R. En Shell existe una división de energías renovables que no es un invento cosmético o de escaparate. Se trata de explotar las oportunidades de esta energía que tiene unos beneficios fascinantes, pero con la condición de la rentabilidad financiera. Hemos investigado seriamente las oportunidades y España es el segundo o tercer mercado mundial en ese segmento, por lo que recientemente nos hemos introducido con la compra de un parque eólico en Zaragoza que nos sitúa en una posición interesante en la producción de electricidad por esa vía.
P. ¿Cómo aconsejaría las acciones de Shell a un inversor español?
R. Shell es muy activa en los grandes mercados financieros, eso atrae capitales de todos los orígenes, especialmente de inversores institucionales, y si hay un campo en donde las nacionalidades no tienen relevancia, es en el financiero. La acción de Shell ha venido generando valor de manera sostenida y creciente, y esto es válido también para los inversores españoles.