La mexicana Zeta Gas llega a España para competir con Repsol Butano
El grupo Zeta Gas, dedicado en exclusiva al almacenamiento, transporte, distribución y comercialización de Gas Licuado del Petróleo (GLP), iniciará su actividad comercial en España a partir de junio de 2004, una vez terminada la construcción de su primera planta en la localidad murciana de Escombreras. Con una facturación anual de unos 2.000 millones de dólares, el grupo mexicano propiedad de la familia Zaragoza está integrado por 120 empresas ubicadas en todos los Estados mexicanos, en el sur de Estados Unidos y en la mayor parte de los países suramericanos.
Su llegada a España es la primera incursión que realiza en Europa. El proyecto cuenta con una inversión de 194 millones de euros y prevé generar unos 2.000 empleos directos e indirectos. La filial española de Zeta Gas fue constituida en 2002 después de que el Ministerio de Economía le autorizase a actuar como operador al por mayor de GLP. 'Queremos entrar en el segmento del butano y el propano envasado para uso doméstico, pero también en el de envases de 35 kilos para el sector comercial e industria', señala Antonio Vela, director general para Europa. Además, no descarta la venta a granel y la canalización en pequeñas poblaciones', añade.
El primer paso ha sido la construcción de la factoría de Escombreras, en la que invertirá 72 millones de euros, con una capacidad para 30.000 toneladas. El resto de la inversión se completa con una planta de Madrid y otra junto a un puerto del norte de España, en Galicia o Asturias. En la terminal marítima de Escombreras se recibiría el producto de golfo Pérsico y África y desde el puerto gallego o asturiano, el del mar del Norte. 'Hay que tener una gran capacidad de almacenamiento porque los precios se pueden triplicar entre el verano y el invierno', señala Antonio Vela. Zeta Gas es el primer consumidor del mundo de GLP.
Los responsables del grupo son conscientes del gran reto al que se enfrentan en un mercado controlado un 93% por Repsol Butano (el resto se lo reparten otros seis operadores) y que, pese a estar liberalizado desde 1992, mantiene precios regulados. Aunque existe un precio máximo, la compañía mexicana no tiene la intención de competir en precio, sino en servicio. 'La estructura de costes es una oportunidad para tener un buen margen', señala el director general. Otro de los valores añadidos de la empresa es que introducirá nuevos formatos de bombona y un envase 'inteligente'.