Del ferrocarril al teléfono móvil
Juan Ignacio Crespo analiza el futuro del sector de la tecnología y las comunicaciones
El sector tecnológico ha pasado por diferentes momentos críticos en los últimos 30 años. Todo lo superó gracias a la aparición de diferentes innovaciones: a finales de los años setenta fue la aparición del PC; mediados los ochenta, la producción de chips más rápidos y el perfeccionamiento de los procesadores de texto; finalmente, en los noventa, la implantación de redes de área local, Windows e Internet.
No es fácil adivinar qué es lo que le librará esta vez de su profunda crisis. La solución apunta en diferentes direcciones: de la fabricación de chips/sensores baratos para el comercio, la domótica o el sistema sanitario, a la tecnología Wi-fi (una serie de estándares para comunicar ordenadores a redes sin necesidad de utilizar cables), y de los videojuegos al comercio electrónico o al diagnóstico médico por imagen.
También hace 130 años la innovación sacó a los ferrocarriles de una profunda crisis. Entonces, la actividad de este sector tiraba del crecimiento económico, acelerando la ampliación y unificación de los mercados, por no decir la rapidez en el transporte.
En 1873, tras producirse diversos escándalos del tipo de los que afectaron el año pasado a grandes empresas, sobre todo de los EE UU, se produjo el colapso de la Bolsa de Nueva York, que tuvo que cerrar 10 días. Poco después, el 20% de las empresas ferroviarias habían declarado la quiebra y la Bolsa había perdido un 36%.
Pasados cinco años se inició la recuperación, que llegó a acumular una revalorización del 90%. Para 1880, la aparición de diversas innovaciones locomotoras más potentes, mejora de los sistemas de señalización o vagones refrigerados) permitió un nuevo florecimiento del sector. El futuro del llamado sector TMT (tecnología, medios y telecomunicaciones) y el de los fondos que invierten en él está ligado a la eliminación del exceso de capacidad, que aún persiste en ellos, y que hace inevitable una guerra de precios que forzará, en una segunda ronda, la consolidación en un número más reducido de empresas. Un ejemplo claro es lo que ya está sucediendo con la puesta en marcha de la tercera generación de móviles que va a provocar un exceso de oferta comparable al que ya se produjo con las redes de fibra óptica. De ahí que la solución de la crisis que ha vivido este sector esté lejos de haber quedado resuelta.
Coincidiendo con la lucha por ganar cuota de mercado se iniciará, probablemente, un nuevo deslizamiento a la baja del Nasdaq.
La lucha por ganar cuota de mercado provocará un desliz del índice tecnológico