A la espera de confirmar la mejoría económica
Los datos de crecimiento en Estados Unidos no han desatado la euforia bursátil que un observador ajeno a los últimos acontecimientos podría esperar. Ahora las Bolsas no se conforman con que la economía haya ido como un tiro. Necesitan ver confirmado que va a seguir un ritmo similar en los próximos trimestres. Algo imposible, claro está, porque las bolas de cristal son un bien escaso.
Apuntan sus miradas a aquellos indicadores que pueden señalar una tendencia en este sentido. Ayer se publicaban algunos de relevancia, como el índice de gestores de compras de Chicago. Mejoró, pero menos de lo esperado, y el mercado de bonos reaccionó con la diligencia habitual, cotizando con un tipo de interés menor las posibilidades de un debilitamiento económico en los próximos trimestres. El descenso en el gasto personal de los consumidores estadounidenses reforzó esta tendencia.
La semana que empieza pasado mañana dará más indicadores adelantados, así como cifras de empleo. La capacidad de generar empleo y prolongar el buen momento empresarial es la carta que necesitan los inversores para entrar en la Bolsa sin temor a los niveles de resistencia técnica que atenazan el mercado actualmente. Y que hacen, por otra parte, que sea más fácil adivinar las intenciones del dinero a través de los mercados de bonos.
Pero ya se pensaba eso hace exactamente una semana, y los mercados han vuelto a cambiar las referencias que, esta vez sí, serán la clave en la evolución de los mercados. Es la letanía de los mercados, hasta que un día las Bolsas rompen hacia arriba o hacia abajo, y entonces las conjeturas cambian y se centran en justificar, o no, lo que ya ha pasado.
Pero, entre unas cosas y otras, octubre, mes de infausto recuerdo para los bolsistas, no sólo ha consolidado las alzas, sino que ha sido el segundo mejor del año.
Fortaleza bancaria
Los resultados de BBVA y Santander han dado paso a notables revalorizaciones en la cotización de ambas entidades, que han liderado al mercado en su último asalto a la zona de los 7.000 y 7.100 puntos. Los expertos aluden al entorno europeo para explicar esta situación. La banca española mejoró el comportamiento de sus competidores europeos en los últimos meses de 2002 y en la remontada primaveral.El diferencial de valoraciones cortaba las alas a los dos títulos españoles presentes en el índice Euro Stoxx 50, pero, ahora que la banca europea ha dado cuenta de la mejora de la situación, las valoraciones se han equilibrado. Como consecuencia, los bancos españoles han podido volver a mejorar a sus competidores europeos, aprovechando las buenas perspectivas en América Latina y la positiva -aunque con menos potencial- evolución del negocio doméstico. Así, Santander ha cerrado en máximos de un año.