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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Voto de confianza en Antena 3

Antena 3 se estrenó ayer en Bolsa con éxito. En la balanza de los inversores pesó más la percepción de la televisión como un gran negocio y la de Maurizio Carlotti como un acreditado gestor que las dudas sobre el método seguido para el estreno bursátil y las dificultades coyunturales por las que atraviesa la cadena de televisión. Al cierre, el mercado dio a la empresa una valoración superior a los 1.500 millones de euros, por encima del precio pagado hace unos meses por Planeta y DeAgostini para hacerse con el paquete de control de la sociedad.

Ese precio superior refleja, por un lado, que las condiciones del mercado -particularmente del bursátil- han mejorado. Pero, por otro, son un reconocimiento de las posibilidades de éxito que los inversores conceden a los nuevos gestores de Antena 3. Resulta curioso que ni el presidente ni el consejero delegado de la firma acudiesen al estreno bursátil, pero el mensaje de Carlotti de la contención de costes parece haber calado entre los inversores. Como demuestra el espejo de Tele 5, Antena 3 no está en pérdidas porque la televisión en abierto sea un mal negocio, sino porque se ha gestionado con criterios distintos al de la rentabilidad.

El recibimiento de ayer es un voto de confianza en el futuro de Antena 3. Pero el mercado es un vigía permanente y en el caso de la cadena de televisión hay todavía demasiados claroscuros. Más allá del desenlace de la regulación de empleo en marcha, hay muchas incógnitas sobre el impacto de los litigios pendientes. En este punto y en algunos otros (pactos parasociales entre Planeta y DeAgostini, ajustes de precio en las transacciones entre accionistas, previsiones contenidas en las presentaciones a analistas...), la CNMV ha sido a veces más cómplice de los secretos y de la información asimétrica que garante de la transparencia.

En cuanto al reparto de las acciones como dividendo por Telefónica, no ha tenido el efecto que profetizaron algunos agoreros, pero tampoco parece una solución muy operativa dar entre una y cinco acciones de la cadena a más de medio millón de accionistas.

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