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CincoSentidos

Sontag defiende el poder de la compasión

No da soluciones contundentes, plantea muchas preguntas y aporta pocas respuestas; pero no es escéptica. Susan Sontag, escritora y destacada intelectual estadounidense, presentó ayer en Madrid su último libro, editado por Alfaguara, que nos llega con un título que define bien su contenido: Ante el dolor de los demás.

Sontag hace una detallada exploración sobre la imágenes públicas de la violencia, especialmente las referidas a la guerra, reflexiona sobre su influencia en las personas ajenas a esas contiendas y analiza si un impacto visual reiterado puede tener un efecto de inmunización contra el dolor ajeno. Su conclusión, expuesta ayer, está lejos del pesimismo. 'No estoy de acuerdo con que la saturación de imágenes de violencia elimine el poder de compasión. El tema es más complejo', señaló. Y ésa es su experiencia: cada vez que escribe una novela, se acerca más a ese sentimiento de solidaridad con el sufrimiento.

No obstante, destacó la posible utilización de hechos reales que se reflejan en las imágenes, como está ocurriendo con la guerra de Irak, en función de objetivos políticos. 'æpermil;ste es un libro tristemente contemporáneo', añadió, 'ya que refleja la consciencia o la resistencia a ser conscientes ante la violencia; seguirá vigente mientras existan guerras'. En él se relatan además hechos cercanos y espeluznantes, con gran impacto en los medios de comunicación, como el asesinato del periodista estadounidense Daniel Pearl en Karachi a principios de 2002; pero también acontecimientos lejanos, como la guerra de los bóers o la de Vietnam, que permanecen en la conciencia colectiva.

Sontag destacó la conexión de su libro con España, comenzando con la portada en la que se reproduce un cuadro de Goya de la serie Los desastres de la guerra. 'Las batallas se han descrito desde La Iliada, pero Goya es un punto de inflexión; reacciona contra la guerra, dejando patente lo que no debería existir'. El libro se inicia además con la conmoción de la escritora británica Virginia Woolf, junto a la de otros intelectuales de su entorno, ante la guerra civil española.

La autora habló también ayer de su experiencia en Sarajevo, en pleno asedio del ejercito servio, que le hizo conocer más profundamente la perversidad del belicismo, aunque mantiene su rechazo a que se le adjudique la etiqueta de pacifista. 'Aunque la guerra sea la última opción, la apoyo si con ella se puede evitar genocidios; habría respaldado actuaciones en Ruanda para impedir las matanzas'. Y volvió a mostrarse muy crítica con la política de su país, aunque allí no se siente sola.

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