Nubarrones en América Latina
Las grandes empresas españolas han pagado un alto precio en los dos últimos años por estar presentes en América Latina, del mismo modo que en los años de bonanza lograron importantes beneficios con esta presencia. Pero los indicadores económicos parecen indicar que lo peor ha quedado atrás. Ya ha pasado más de año y medio desde las devaluaciones del real en Brasil y del peso en Argentina, que tuvieron un efecto demoledor en las cuentas de resultados (en euros) de las compañías españolas. Una vez que la comparación entre trimestres elimine el impacto de las divisas, las cuentas de resultados deben reflejar la situación real. Y ésta sólo puede mejorar.
Sin embargo, aunque la coyuntura macroeconómica se ha estabilizado, el crecimiento sigue muy débil. Y la nueva generación de gobernantes de la región ha dado señales contradictorias a los inversores extranjeros. Mientras el Brasil de Lula transmite confianza con un programa reformista y de austeridad, la Argentina de Kirschner insiste un discurso de abierta hostilidad hacia quienes se beneficiaron de la privatización de los servicios públicos. Este clima afecta ahora a las compañías que necesitan renegociar las tarifas congeladas desde la devaluación, entre ellas Telefónica, Endesa o Aguas de Barcelona. Los bancos SCH y BBVA, que cargaron con la peor parte de la devaluación en su día, esperan reparaciones.
Además, Argentina no es el único país en el que empresas españolas son víctima de tensiones de corte nacionalista. El proyecto gasístico de Repsol YPF en Bolivia ha quedado en suspenso por un estallido social que ha costado el cargo al presidente del país, Gonzalo Sánchez de Lozada. La petrolera española también afronta cierta contestación popular en México.
Reflexionar sobre el papel de las multinacionales en países que sufren fuertes desequilibrios económicos y sociales es un ejercicio saludable. Pero América Latina no saldrá de su crisis culpando de sus problemas al inversor extranjero, sino aprendiendo que éste debe ser parte de la solución.