El jefe de McDonald's acelera (todavía más) la comida rápida
Hola. ¿Menú? ¿Bebida? ¿Tamaño? ¿Ensalada? ¿Postre? ¿Tarta? ¿Helado? ¿Café? 5,10 euros por favor. Muchas gracias. Que aproveche. Siguiente'. En uno de los McDonald's más antiguos de España, en la Gran Vía de Madrid, el cliente tendrá su comida servida con sólo esperar un máximo de dos minutos en la cola y uno en el mostrador. Son los objetivos de la primera cadena de comida rápida en España: rapidez, calidad y atención al cliente a buen precio. Entre voces de 'pasen por aquí y esta caja está libre', los cerca de 20 dependientes que trabajan en hora punta despachan a una clientela que no tiene tiempo ni para hacer cola. Pero no en todos los países ni en todos los restaurantes de la cadena sucede igual.
Desde la vuelta de Jim Cantalupo, ex vicepresidente, ex jubilado y actual presidente y consejero delegado, la compañía trata de redinamizarse. No sólo ha puesto en marcha una campaña publicitaria mundial con un I'm loving it pegadizo, sino que además se pretende mejorar la calidad del servicio. 'En lo que a comida se refiere, hemos tenido un progreso tremendo', dijo Cantalupo el pasado julio. 'En cuanto al servicio, ahí todavía tenemos una enorme oportunidad'.
Precisamente Cantalupo volvió a McDonald's para impulsar el negocio. Y sus iniciativas están teniendo resultados. La empresa anunció esta semana que en el tercer trimestre del año ha obtenido un beneficio de 470 millones de euros, un 12% más que en el mismo periodo de 2002, gracias al aumento de los ingresos del 11%. La introducción de nuevos menús y ensaladas en la oferta estadounidense fue su respuesta inmediata a las quejas sobre la calidad de la comida y el servicio en el mayor mercado de la compañía. La iniciativa en el mercado local consiguió remontar los malos resultados de otros lugares, como en Europa, donde las ventas se redujeron un 2% en el mismo periodo, lastrando el resultado total.
En España la iniciativa estadounidense queda lejos. 'No tenemos planes para automatizar las cajas a corto plazo', dicen desde la compañía
Ahora se trata de ser más rápidos en casa. Para ello, la compañía está poniendo a prueba nuevas técnicas. Se trata de unos mostradores con surtidores automatizados de bebidas para reducir el tiempo de atención al cliente, los errores en los pedidos y disminuir las colas, según informa Bloomberg. En Carolina del Norte, donde se prueba el sistema, los clientes pueden hacer pedidos por pantallas táctiles que van directamente a las cocinas, lo cual reduce la posibilidad de que el cajero se equivoque. En España, el reloj se mira de otro modo. María Ballesteros, 32 años, comerciante, dice que ella va a McDonald's 'no por la rapidez sino porque me gusta la comida'. En McDonald's España, la iniciativa estadounidense les queda muy lejana. 'En principio no tenemos planes para automatizar las cajas a corto plazo, pero nuestros equipos técnicos trabajan para obtener mejoras', dicen desde la compañía.
Cerca de 200 millones de clientes visitan al año los más de 300 restaurantes que la cadena tiene en España. Muchos de ellos, 'casi la mayoría', según la encargada del local en el centro de Madrid, 'sabe lo que va a pedir cuando llegue al mostrador'. César Bouzom, 25 años y terapeuta de autismo, pide 'siempre o casi siempre lo mismo'. Y cuidado con no saber lo que pide el estómago, un minuto no es mucho tiempo para pensar. McDonald's no es un sitio para indecisos.