REE entierra la línea de alta tensión
El Ministerio de Fomento es aficionado a colocar primeras piedras y a realizar inauguraciones, pero se muestra celoso cuando se trata de mostrar el estado de los proyectos que tiene en marcha. Hasta la fecha no ha permitido que los medios de comunicación visiten los principales puntos de interés de la macroobra de ampliación de aeropuerto de Madrid-Barajas con 4.400 millones de presupuesto: las dos nuevas pistas y el nuevo terminal y su satélite.
Ayer, el amplio espacio que ocupará el complejo aeroportuario, doce kilómetros de largo por cuatro de ancho frente a la localidad de Paracuellos del Jarama, vivía una intensa actividad en medio del barrizal tras las últimas lluvias. La tercera pista, con cuatro kilómetros de longitud y 80 centímetros de espesor en asfaltos encima de otros 15 metros de tierra prensada, está a punto para recibir los primeros impactos de las rodaduras de un avión. Ayer una legión de trabajadores se afanaban en colocar los soportes de las balizas del sistema de señalización y extendían una capa de productos denominados 'antisky', para evitar los deslizamientos del tren de aterrizaje.
La pista está tan a punto que AENA ha iniciado los trámites para que un Jumbo realice las operaciones que permitan su homologación en el próximo mes de febrero.
La nueva terminal y su satélite están concluidos en su estructura exterior y las obras se centran en el acondicionamiento de los interiores y la ornamentación exterior.
La tercera pista de Barajas, lista para despegar en febrero
La ampliación de Barajas ha obligado a Red Eléctrica Española a enfrentarse a un reto tecnológico sin precedentes. Las nuevas pistas son incompatibles con la torres eléctricas, imprescindibles para el suministro de Madrid, que hoy existen en la zona. La empresa ultima el enterramiento de la línea en un túnel de 12,5 kilómetros con una sección de 2 por 2,25 metros. La galería, totalmente visitable, aloja seis cables de alta tensión de una sección de conductor de 2.500 milímetros cuadrados. En enero sustituirá al tendido aéreo. El enterramiento ha costado 80 millones de euros.