Unos tanto y otros tan poco
Si se confirman las expectativas de los analistas, la economía de Estados Unidos crecerá al 6% durante el trimestre en curso. Enero será todavía una fecha extraordinariamente temprana como para hacer balance de la crisis económica, pues ello implicaría asumir que ésta ha terminado.
Pero, con todo, no deja de ser llamativa la comparación entre la violencia con la que los mercados y las expectativas de los actores económicos han caído durante los últimos tres años y medio y el relativamente moderado enfriamiento de la economía estadounidense, factor que en teoría ha desatado la crisis. Así, una recesión de las más tibias y cortas de la historia económica estadounidense ha desatado uno de los mercados bajistas más duros y prolongados.
Esta aparente contradicción se puede solucionar desde varios puntos de vista. Uno, obvio pero no por ello menos verosímil, señala que la economía estadounidense todavía puede volver a entrar en el terreno de la recesión. La recaída llegaría en 2004, cuando a las autoridades ya no les queden armas para seguir estimulando la economía como lo han estado haciendo hasta el momento. Hay analistas que tienen muy en cuenta el calendario electoral, y son conscientes de que, cuando termine el periodo electoral en Estados Unidos, dentro de un año y un mes, el Tesoro tendrá que empezar a controlar el déficit presupuestario, con lo que la política fiscal pasará a ser restrictiva.
Pero también hay quien señala que se ha producido un cambio estructural en la dinámica de los ciclos bursátiles, cada vez más volátiles, pero que cada vez tienen un menor impacto en la economía real. Según un reciente informe de Credit Suisse, a partir de la Segunda Guerra Mundial los periodos que se han percibido como prósperos han venido asociados a periodos de exceso o de especulación, pero con efectos muy limitados sobre la producción.
Pone como ejemplo la crisis de los años setenta, en la que la recaída económica fue resultado más del choque externo que supuso el encarecimiento del petróleo que de la propia bajada de los mercados. A juicio de estos analistas, el desarrollo de las políticas económicas y de las herramientas de análisis han jugado un importante papel a la hora de mitigar el efecto de los shocks financieros a partir de 1945.
Pero, como es obvio, no ha sido capaz de evitar los episodios de sobrevaloración de activos. En cualquier caso, esta segunda lectura de la situación es, sin duda alguna, más favorable para todos. Puede sonar a aquello de que con Internet se habían acabado los ciclos económicos, aunque tiene más elementos de verosimilitud.