Los productores de alimentos frescos cuentan poco en la formación de precios
La atomización de la oferta, la dependencia del clima y el carácter perecedero del producto da poca capacidad de maniobra de los productores de alimentos frescos. Los productores son, por tanto, quienes menos influencia tienen en la determinación de los precios de distribución, y es la distribución la que impone precios y condiciones de venta. Los mercados funcionan así:
Huevos. El proceso comienza en las firmas de incubación que 'fabrican' pollitos y pollitas de un día; broilers para carne, isa brown para puesta. Los de puesta son transportados a otra empresa que posee naves de recría donde están cuatro meses. Los animales pasan a una tercera empresa que ya es productora de huevos, donde están un año. Después, estas gallinas son desechadas para desvieje y se utilizan para carne o caldo. Las firmas productoras de huevos son ya las que sirven al comercio finalista. La mayoría de las operaciones comerciales con la distribución se hacen mediante contratos, con cláusulas de revisión periódica.
Pollos. Se 'fabrica' en 50 días y alcanzan una media de 2,3 kilos de peso. Vuelven otra vez a la firma originaria que dispone de mataderos, que sacrifica los pollos, los prepara para la venta, enteros o despiezados y los distribuye al comercio. Los sistemas de venta son contratos temporales, que, según las industrias, dejan muy poca capacidad de maniobra a los vendedores por el carácter perecedero del pollo. El 85% del mercado se rige así.
Patata. Es el más controlado y transparente en la formación de precios. El producto pasa a un primer almacenista en origen que hace el embolsado; un segundo almacenista vende como asentador al pequeño comercio o como proveedor a la gran distribución. En este segundo caso se encarga de todo el proceso hasta que la patata llega al lineal. Incluso allí sigue siendo propietario del producto del que ofrecerá una comisión de entre 13 y 18 céntimos por kilo a las superficies.
Frutas y hortalizas. El productor tiene tres vías para llegar al comercio: vender a cooperativas, a intermediarios o a lonjas, donde se compra mediante subasta a la baja. Se detecta ya la presencia de la gran distribución en el proceso de intermediación que adquiere cosechas en el campo y que imponen precios.
Leche. La leche se vende barata como reclamo comercial y esta situación repercute en todo el proceso de fabricación.