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Comprar un campo de golf para jugar entre amigos

Banesto se quedó el campo en los ochenta, después de una suspensión de pagos, y lo cerró para posteriormente vendérselo a un inversor. æpermil;ste lo revendió a golfistas británicos y las instalaciones fueron pasando por diferentes manos inglesas. Según Kiko González, actual presidente, 'la gestión inglesa fue muy negativa, porque los socios estábamos en precario, con subidas de cuotas de hasta el 25% algunos años y sin unos derechos claros para jugar con preferencia a turistas que venían de paso'. González y algunos socios del club tentaron a los propietarios ingleses, pero éstos se resistían a ceder el campo a otros jugadores. En 2001 lo compró el grupo británico Club House.

'Fue entonces cuando les dije a los socios que ya podíamos comprarlo, porque es más fácil convencer a una empresa radicada en Londres que a un particular', relata González Millán. Pero no lo abordaron en seguida. Como el grupo británico cotizaba en la Bolsa de Londres, hicieron un seguimiento del valor durante un año y vieron que se hundía. Por otro lado, los resultados de Operations El Bosque, filial propietaria del campo, arrojaban pérdidas. En diciembre de 2001 dos abogados acudieron a Londres a pedir precio por El Bosque, meses antes de que los acreedores de Club House instaran a la compañía a vender activos inmobiliarios. Otras 22 empresas españolas y extranjeras lanzaron ofertas, 'pero nosotros habíamos sido los primeros y ofrecimos lo que querían', afirma Kiko González.

Los cinco amigos y ahora socios de González, a partes iguales, son Santiago Mompó, José Luis Martínez, José Vicente Escrivá, Jorge Morata y Alberto Campos Suñer, nieto del fundador de Avidesa y hermano del ex piloto de fórmula 1 Adrián Campos. El acuerdo se firmó en julio de 2002, aunque todavía hay flecos por cerrar de la valoración final. El precio fue de 9,4 millones de euros. Parte de ese dinero se recuperó inmediatamente, con la venta de 45 pequeños chalés que eran explotados por los británicos como apartotel. Otra buena parte se va a recuperar con la venta de 450 derechos exclusivos de juego por 10 años.

'Queremos que esto sea como un club inglés, con pocos socios, y que no haya que esperar para jugar los fines de semana, como en muchos campos', explica Kiko González, que cree que los socios de El Bosque 'van a ser la envidia de los golfistas en España'.

Los derechos se venden a 10.000 euros, de los que 4.000 son retornables si el socio no renueva. Para los no socios habrá sólo dos horas de salida diarias de lunes a viernes. Según Kiko González, 'será rentable, pero no hay voracidad: somos románticos del golf que tenemos otros negocios'.

Vigilaron durante un año la cotización bursátil del grupo inglés propietario del campo y se adelantaron a los acreedores al ver que se hundía

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