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Televisión

Bruselas prohíbe al Gobierno avalar la deuda de RTVE

La decisión comunitaria se produce más de una década después (en 1992) de que Telecinco y Antena 3 presentaran las primeras quejas formales sobre la posible competencia desleal del ente público. Bruselas se resistió entonces a abordar el espinoso expediente, pero una sentencia del Tribunal de Justicia de Primera Instancia de la Unión Europea exigió que la CE se pronunciase.

Tras una investigación iniciada en 1999, los servicios de Competencia de la Comisión han concluido que los subsidios que recibe RTVE responden al servicio público que presta e incluso podrían aumentarse. Pero la Comisión exige que el Estado deje de garantizar la deuda del ente, lo que puede encarecer su financiación e incrementar un pasivo difícilmente sostenible que este año alcanzará ya los 6.200 millones de euros.

La decisión de la Comisión puede agravar la espiral de números rojos de RTVE, una vez que los acreedores no tengan la garantía de pago del Estado y exijan mayores rendimientos de la deuda. El ente reconoce que incluso este año, con esa garantía, la financiación de la deuda le costará 288 millones de euros. En 2002, la deuda de 5.547 millones de euros generaba unos costes financieros de 206 millones de euros. RTVE tiene previsto, además, realizar a finales de año una ingente emisión de bonos por valor de 850 millones de euros, lo que elevará a 1.500 millones la deuda emitida en este ejercicio de 2003.

La Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), órgano encargado del saneamiento del ente público, encajaba ayer con aplomo el veredicto de Monti. La SEPI considera que va en línea 'con los planes de eficiencia y racionalidad' que se intenta imprimir a la gestión financiera de RTVE. El plan marco (2001-2004) elaborado por la SEPI para garantizar la rentabilidad del ente apunta precisamente a una reducción del déficit endémico de explotación y a una propuesta de solución a largo plazo, aún no concretada, para la deuda.

La decisión de Monti abre precisamente la posibilidad de incrementar la subvención pública a RTVE, reduciendo así la necesidad de emitir deuda. La contrapartida, sin embargo, es que en el Presupuesto del Estado debería computar ese incremento en las ayudas públicas con el consiguiente impacto en déficit y deuda públicos.

Fuentes próximas a la Comisión resaltaban ayer el contrasentido de conceder ayudas muy escasas y obligar, al mismo tiempo, a que RTVE acuda a los mercados a colocar su deuda. Hasta ahora esa captación se podía realizar en condiciones muy competitivas gracias al aval del Estado. En el futuro, ese aval deberá ajustarse al coste neto del servicio público de RTVE, lo cual limita su efectividad.

La RAI, también en la picota

El comisario europeo de Competencia, Mario Monti, se internará hoy en el proceloso terreno de la financiación de las radiotelevisiones públicas, un capítulo que la Comisión Europea, consciente de la sensibilidad de los Gobiernos, aborda siempre con extrema prudencia. Ayer mismo, fuentes próximas al comisario se esforzaban en resaltar los aspectos positivos en los tres expedientes (RTVE, la RAI italiana y la portuguesa RTP) que cerrará hoy la Comisión, y hacían un canto a la necesidad de 'emisoras públicas que garanticen la pluralidad informativa'.Lo cierto es que la Comisión sentará hoy tres importantes precedentes para poner coto al descalabro contable en las televisiones públicas y a la competencia desleal que padecen las emisoras privadas. Bruselas exigirá a la RAI, tras una denuncia del grupo de Silvio Berlusconi, una contabilidad segregada entre actividad comercial y pública. Lisboa también deberá justificar las ayudas 'desproporcionadas' que concede a la RTP.

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