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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La deuda pasa factura al gasto

El consumo de los hogares lleva varios trimestres estancado, pese a que la crisis ha respetado razonablemente el empleo y a que la renta real de los asalariados ha seguido creciendo. El gasto medio de cada hogar, tomado individualmente, ha descendido un 1,6% en el primer semestre del año sobre el mismo periodo de 2002, y la contracción ha sido aún superior en la adquisición de bienes duraderos no alimentarios. Sólo el crecimiento continuo del número de hogares ha mantenido el tipo del consumo agregado, pese a dar también señales angustiosas de agotamiento.

Pero no es tan grave la moderación adoptada por las familias en su comportamiento de consumo como las expectativas para los próximos meses, expresadas en la encuesta continua de presupuestos familiares. Cada vez hay más núcleos familiares que encuentran dificultades para llegar a fin de mes, menos que puedan destinar una parte de sus ingresos regulares al ahorro y cada vez son más los que ven nubes en el horizonte económico y consideran el momento actual poco adecuado para comprometerse en gastos importantes.

La longevidad de la crisis internacional parece haber prolongado ya su sombra sobre los agentes privados de la economía, que en el caso de España están manteniendo el tipo del crecimiento a pulso. Pero da la impresión de que el elemento que más pesa sobre las decisiones de consumo es el alto nivel de endeudamiento alcanzado los últimos años para financiar una adquisición de vivienda a precios disparados. En los últimos cinco años el gasto de los hogares ha crecido lentamente, mientras que el valor de su endeudamiento se ha duplicado, y ahora atosiga a la economía familiar y a sus expectativas de futuro. Lo que el sector inmobiliario ha proporcionado al crecimiento se lo está cobrando con creces.

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