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Roma

Berlín y París reducirán las ayudas si Aznar bloquea la Constitución

Las negociaciones continuarán el próximo día 14 de octubre en Luxemburgo, donde los ministros de Asuntos Exteriores de los 25 países de la UE (los 15 actuales y los 10 que ingresarán el 1 de mayo de 2004) pueden dejar casi cerrados los primeros capítulos de la Constitución. En concreto, los concernientes a la propuesta de crear un Consejo Legislativo (idea rechazada por la mayoría de los socios), la creación del puesto de ministro de Asuntos Exteriores de la UE) y el futuro de la presidencia rotatoria de los Consejos de ministros.

Todo seguirá abierto, sin embargo, hasta que en diciembre, como muy pronto, los primeros ministros alcancen la unanimidad sobre el texto global de la Constitución. La reunión de Roma este fin de semana ya ha revelado que las posiciones se encuentran bastante distantes. Y los altercados callejeros entre los manifestantes y una contundente policía tuvieron su réplica diplomática en el interior del recinto mussoliniano del Palacio de Congresos del EUR, a la afueras de la capital italiana.

El ministro belga, Louis Michel, embestía contra Polonia, a la que invitaba 'a comprender que no puede tener la mantequilla, el dinero de la mantequilla y todo lo demás'. Varsovia es el único aliado claro del presidente del Gobierno, José María Aznar, para mantener el sistema de voto actual en el Consejo de Ministros de la UE. Los dos países verían reducido a la mitad su actual peso político en la institución si se adopta, como recoge el proyecto de Constitución elaborado por la Convención, un sistema de voto ligado al número de ciudadanos de cada país.

Alemania y Francia defienden esta opción y sus líderes, Gerhard Schröder y Jacques Chirac, lanzaron el sábado una inequívoca amenaza: la Constitución y los futuros presupuestos comunitarios (que entrarán en vigor en 2007), de los que España y Polonia esperan cuantiosos fondos comunitarios, forman parte de un mismo paquete de negociación. 'Por supuesto que están ligados', respondieron ambos en ruedas de prensa separadas. 'Y no veo que alguien pueda bloquear la reforma institucional y, como consecuencia, las perspectivas financieras', ironizó Chirac.

Pero Aznar y, sobre todo, el primer ministro polaco, Leszek Miller, mantuvieron su apuesta. El español se muestra dispuesto a negociar, pero advierte que 'no estoy solo ni aislado'. El polaco dispone de poco margen de maniobra, pues todos los partidos políticos le exigen el mantenimiento del status quo que el Tratado de Niza deparó a Polonia.

Berlusconi se resigna a un retraso en la firma del Tratado

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, asumió el pasado 1 de julio la presidencia rotatoria de la Unión Europea con una sola obsesión: concluir las negociaciones la Constitución durante su semestre presidencial para firmar en Roma el texto que sustituirá al Tratado fundacional de la Unión, rubricado en la capital italiana en 1957. Berlusconi comprobó el sábado en la primera ronda negociadora los obstáculos que aún quedan por superar. Aunque durante la sesión de trabajo que él presidió por la mañana intentó evitar cualquier trifulca, las dificultades surgirían por la tarde en el encuentro de los ministros de Exteriores. 'Ha sido una reunión sin valor añadido', describió el encuentro de la mañana el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker. Berlusconi quería que 'todo el mundo hablase por orden, sin debate'.El líder italiano comienza a prepararse para un posible retraso. 'Nunca consideré que no acabar las negociaciones sea un fracaso'.

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