Un puente al Magreb
Debates y cine para favorecer el diálogo entre las orillas norte y sur del Mediterráneo
Tender puentes donde hay obstáculos políticos. El Círculo Mediterráneo asumió el objetivo en 2001. Entonces se produjeron los atentados del 11-S, lo que vino a confirmar la necesidad de establecer puentes entre la UE y el Magreb. El I Encuentro Euro-Magrebí, organizado en colaboración con la Fundación Tres Culturas y el Círculo de Bellas Artes, nació bajo el impacto de aquellos acontecimientos. La tercera edición de esta iniciativa, que llega en octubre a Madrid tras su paso por Sevilla, se desarrolla bajo el título Empecemos a escucharnos. Fronteras imaginarias, inspirado en el del libro Oriente / Occidente, la fractura imaginaria (Editorial Tusquets) del ex ministro de Finanzas y politólogo de Líbano, Georges Corm. Una llamada al entendimiento de las culturas del Magreb y a eliminar los malentendidos y desconfianzas hacia esos países que se agudizaron tras el 11-S, porque 'son más las fracturas imaginarias que nos inventamos que las reales', apunta la presidenta del Círculo Mediterráneo y diputada, Carmen Romero.
Los organizadores del III Encuentro Euro-Magrebí quieren conseguir su objetivo con imágenes y palabras. Los debates propuestos este año hablan de la ciudadanía -lo que entienden que debe ser una ciudadanía mediterránea-, libertades, legalidad o la situación de la mujer. En ellos participan ex ministros como Elizabeth Guigou (Francia), pensadores e intelectuales como George Corm o Sana Ben Achour (Túnez), los periodistas Jamäi Aboubakr (Marruecos), Javier Valenzuela y Javier Rioyo, los escritores y ensayistas Wassyla Tamzali (Argelia) y José María Ridao, directores de cine y juristas. Entre todos los ponentes intentarán hacer un 'diálogo preventivo', en palabras de Carmen Romero, para facilitar la convivencia, ya que sólo conociendo otras culturas se puede comprender cuáles son sus problemas.
Como complemento se ha programado un ciclo de cine de autor, desconocido en España. Por primera vez se proyectan en Madrid El sol asesinado (2003), del argelino Abdelkrim Bahloul; Una puerta en el cielo (1998), de la marroquí Farida Benlyazid, y Aziza (1980), del tunecino Abdelatif Ben Ammar -los dos últimos participan en los coloquios-. Las tres abordan temas como la homosexualidad, el estatuto de la mujer, la inmigración y la libertad de expresión.
Farida Benlyazid se considera francesa, española y marroquí. Nació en un Tánger multicultural y sigue trabajando en esa idea. Su película Una puerta en el cielo reflexiona sobre el papel de la religión en los aspectos sociales y políticos del país. Abdellatif Ben Ammar, una de las principales figuras del cine tunecino, representa el compromiso del cine con la mujer. Aziza adopta la clásica estructura de melodrama familiar para narrar con habilidad una historia de autoafirmación personal y emancipación femenina. El sol asesinado analiza las consecuencias de la independencia y de la arabización de Argelia a través de las vivencias del poeta argelino Jean Sénac, protegido de Albert Camus. Tres obras que acercan a una realidad que a veces es difícil de entender sólo con palabras.