Bustelo revoluciona la CMT para adaptarla a sus nuevas funciones
La reunión del consejo de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones celebrada ayer fue menos tranquila que en otras ocasiones. El presidente, Carlos Bustelo, nombrado en diciembre de 2002, presentó y finalmente logró que fuera aprobada una profunda reorganización de la estructura que afecta a la práctica totalidad de las direcciones en que está dividido el organismo y a la mitad de sus cargos directivos.
La propuesta de cambio provocó el rechazo de los consejeros que se mantienen desde la etapa en que el presidente de la CMT era José María Vázquez Quintana. Bustelo justificó la reestructuración en dos razones principales, según explicaron fuentes cercanas al organismo. La primera es la necesidad de modernizar y racionalizar un organigrama en el que el nuevo equipo ha detectado un funcionamiento en compartimentos estancos, con poca comunicación horizontal.
Por otra parte, la comisión cambia su estructura para adaptarse a las obligaciones y funciones que se le asignan en las nuevas directivas comunitarias sobre el sector, que han sido transpuestas en la Ley General de Telecomunicaciones, que ultima su tramitación parlamentaria.
Los consejeros que se mantienen de la etapa anterior se mostraron en contra de los cambios
El primer cambio significativo se produce en la cúpula de la comisión, donde se crea un nuevo cargo de director general, del que dependerán las cuatro direcciones que tienen funciones corporativas. Para cubrir este puesto se ha designado a Enrique Badía, que con anterioridad ha ocupado puestos de responsabilidad en la operadora Airtel y en el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
El organigrama aprobado consta de ocho direcciones. Cuatro de ellas cumplen funciones operativas y se encargan de la elaboración de expedientes y resoluciones; las otras cuatro cumplen funciones corporativas. Algunas son de nueva creación y otras nacen como consecuencia de la fusión de varias que existían en la anterior estructura.
La dirección de regulación ha salido muy reforzada. Al frente de ella se ha situado a Lucía Aguilera, que hasta la fecha era responsable de la asesoría jurídica. El anterior director de esta área, Juan Junquera, deja la CMT.
La dirección de análisis económico y ofertas de mercado es fruto de la fusión de dos divisiones anteriores. Su responsable será María Gómez. El anterior jefe de esta área, Manuel Tomás, y el responsable de planificación, también dejan la CMT.
La dirección técnica y la dirección de asesoría jurídica han modificado sus funciones, quedando separadas y liberadas de responsabilidades, que han sido traspasadas a otras direcciones.
Los cuatro departamentos del área corporativa son la de administración y recursos, la de internacional, la de organización y sistemas y, finalmente, la de estudios.
Esta última dirección, para la que todavía no se ha designado un responsable, es una de las principales apuestas de la nueva estructura de la comisión, según explican las fuentes citadas. Tendrá una doble función. La primera, de carácter interno, para recabar y ofrecer datos actualizados al resto de las direcciones de la CMT con el fin de que sus expedientes y resoluciones estén perfectamente documentadas.
Su segunda función es recabar datos de las empresas de telecomunicaciones y estructurarlos a fin de ofrecer información de la mayor calidad y actualidad al conjunto del sector.
Definir mercados y posiciones de dominio
Las funciones que la nueva legislación europea asigna a los organismos reguladores de telecos son complejas. Para la CMT supone incorporar un reto a las responsabilidades que ha venido cumpliendo durante sus siete años de vida.Deberá definir en el sector español los 18 mercados de referencia que han reconocido los legisladores comunitarios. En cada uno de estos mercados rastreará la existencia de operadores que mantienen una posición dominante, y también los que pudieran abusar de esta posición con prácticas predatorias. Finalmente deberá decidir si impone o no obligaciones a estas empresas.Fuentes cercanas a la comisión señalan que las nuevas obligaciones fuerzan al organismo a depurar su capacidad de estudio y de análisis, ya que la designación de operador dominante en el futuro no se hará con los criterios 'rígidos' que se han usado hasta la fecha. 'Pueden existir operadores con una cuota muy alta que no tengan el control de sus mercados, y puede existir algún operador pequeño que posea posiciones de control e incluso que se embarque en prácticas predatorias', señalan.Por otra parte, los nuevos responsables del organismo regulador han decidido no crear una dirección dedicada específicamente a lo audiovisual. Afirman que es más correcto tratar esta actividad desde su aspecto de la regulación, del mercado, o de sus aspectos técnicos, igual que se realiza en el resto de los sectores.