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Informe

Un informe alerta de que el ruido como problema laboral se agravará

Conversaciones, llamadas telefónicas, impresoras, fotocopiadoras... Todos estamos acostumbrados a soportar este tipo de ruidos en el trabajo, pero muy pronto tendremos que aprender a tolerar otros nuevos. Los controles y órdenes de voz, los programas de dictado digital y otras nuevas tecnologías amenazan con convertir la contaminación acústica en un grave problema para las empresas, según un reciente estudio hecho público ayer.

Pese a que hasta ahora no parece haberse tomado muy en serio el ruido en el trabajo puede convertirse en un grave problema para cualquiera. Las oficinas divididas en despachos silenciosos y aislados ya son cosa del pasado. Y el nuevo modelo de centro de trabajo es ese espacio diáfano en el que todos tenemos, irremediablemente, que soportar las charlas a viva voz de nuestros compañeros de mesa.

Un estudio presentado ayer por las empresas Plantronic y Unwired asegura que la proliferación de nuevas tecnologías amenaza con agravar la cuestión y convertir la contaminación acústica en el mayor problema de los centros laborales.

El texto señala que los nuevos focos de ruido serán, entre otros, los controles y las órdenes mediante voz, los programas de dictado digital, las retransmisiones de vídeo y voz en línea y los contenidos multimedia. Estrés, frustración y problemas psicológicos, además de una clara rebaja en la productividad (de hasta el 20%), son las principales consecuencias de la contaminación acústica, según explica el informe.

Así, en la oficina, el efecto más común son las interferencias en la intercomunicación de los empleados, molestias y distracción en la concentración. Junto al teléfono fijo, las conversaciones y las impresoras, hay que añadir recientemente el timbre de los teléfonos móviles.

Según el estudio, entre el 30% y el 40% de las conversaciones de negocios tienen lugar cuando los implicados están fuera de sus mesas y en tránsito hacia otra parte del centro.

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