Los Presupuestos que necesita España
Año tras año, con la presentación de los Presupuestos, el Gobierno del PP ofrece un conjunto de previsiones y recetas que, aisladas del contexto económico y junto a una panoplia de prioridades reiteradas, responden más a los deseos e intereses electoralistas que a la realidad y necesidades de la economía y de nuestra sociedad.
Si como recientemente decía el ministro de Hacienda, señor Montoro, en la presentación del proyecto de las cuentas públicas para 2004, que nuestro crecimiento es consecuencia de los Presupuestos, a la luz de los importantes déficit que padecemos hemos de concluir que el Gobierno y sus políticas presupuestarias han fracasado. No han servido para preparar adecuadamente al país para el futuro ni han aprovechado la fase alcista del ciclo para repartir mejor los frutos del crecimiento. El balance se expresa en la brecha social de nuestro país respecto a la media de la UE, cada vez mayor (el gasto social en porcentaje del PIB ha caído casi dos puntos desde 1996 y estamos a más de siete puntos de la media de la UE), y en el estancamiento de la productividad (de las más bajas de los países avanzados), que está condicionando nuestro crecimiento futuro.
Responder a los retos que tiene que afrontar nuestro país, avanzar en la convergencia real y demostrar que se puede y se debe hacer otra política nos ha llevado, a los socialistas, a presentar unos Presupuestos alternativos antes que los del Gobierno. Nuestra propuesta, partiendo de previsiones macroeconómicas más realistas que a las que el Gobierno nos tiene acostumbrados, ofrece una alternativa sólida sobre los Presupuestos que España necesita, basada en dos objetivos fundamentales: garantizar un crecimiento productivo y sostenible, y avanzar en la convergencia real y la cohesión social. Es decir, frente a un crecimiento a corto plazo, basado en la cultura del ladrillo, proponemos un crecimiento a largo basado en la inversión, en educación e investigación; y frente a una política socialmente regresiva, como la actual, queremos invertir la tendencia garantizando la protección, seguridad e igualdad de oportunidades. Sentar las bases de un crecimiento equilibrado y sostenible es nuestro objetivo. Para ello, los dos ejes de la política económica de futuro son: crecimiento de la productividad y ahorro.
Las políticas presupuestarias del Gobierno no han servido para preparar al país para el futuro ni para repartir mejor los frutos del crecimiento
Mejorar nuestra productividad, apostando decididamente por la inversión en capital físico, tecnológico y en conocimiento -de lo que depende nuestra prosperidad-, y mejorar nuestra competitividad, controlando la inflación y mejorando el grado de libertad económica frente al intervencionismo del Gobierno. Potenciar el ahorro interno, frente a la escasa productividad del alto grado de endeudamiento que actualmente tienen familias y empresas -ligado a la construcción-, como vía de financiación de la inversión productiva para un crecimiento más sano, y sin utilizar recursos financieros del futuro.
Apostamos por un cambio de modelo de crecimiento, que nos permita crecer equilibradamente y avanzar en la convergencia real y la cohesión social desde el rigor, pero con las prioridades bien claras, dirigidas a atender las principales demandas de la sociedad española: la seguridad ciudadana y laboral, el acceso a la vivienda, la mejora de la justicia, la sanidad y la educación, y el impulso a las políticas de familias como la atención a la infancia y a los mayores. En definitiva, unos Presupuestos que, contemplando el mantenimiento de la presión fiscal, centran su esfuerzo en la productividad y el ahorro (para conseguir un crecimiento de calidad) y que racionalizan la composición del gasto dirigida a atender los principales problemas que tienen nuestra economía y las familias españolas.