La cerveza alemana tiene sabor belga
Alemania, el país de la cerveza, cede el control de sus productoras. La belga Interbrew se ha puesto a la cabeza del sector
La Fiesta de la Cerveza de Múnich, la famosa Oktoberfest, se inauguró el pasado 20 de septiembre y durante dos semanas acogerá a cerca de 6 millones de personas que beberán aproximadamente la nada despreciable cantidad de 5,7 millones de litros de cerveza. ¿Cerveza alemana? En su gran mayoría sí, aunque esta situación podría cambiar en breve.
Alemania, uno de los principales consumidores mundiales de cerveza, con 121,5 litros por habitante al año, está viendo cómo sus principales empresas cerveceras caen poco a poco en manos de compañías extranjeras. Las razones hay que buscarlas en las características del sector, extremadamente fragmentado, y en las pocas facilidades por parte del Gobierno germano, según las quejas de los propios productores.
El último episodio de esta lenta conquista se ha vivido hace pocos días con la compra de los negocios cerveceros del grupo Spaten por parte de la empresa belga Interbrew, por 533 millones de euros. Con esta operación, Interbrew, cuarto productor de cerveza del mundo, se coloca a la cabeza de este mercado en Alemania con una cuota del 10,9%. 'El mercado alemán sigue siendo el mayor de Europa y ahí queremos estar', afirmó el presidente de Interbrew, John Brock.
La enorme fragmentación del mercado germano, con 1.300 empresas, lo convierte en presa fácil de los compradores extranjeros
La firma belga ya tiene experiencia en tierras germanas, donde en los últimos dos años ha adquirido cerca de una docena de marcas como Beck's y Altbier Diebels, entre otras. Tras la reciente compra de Spaten, una cervecera con más de siete siglos de tradición, Interbrew controlará también las marcas Löwenbräu y Franziskaner.
Para los expertos, la enorme fragmentación del mercado germano en comparación con otros países lo hace presa fácil de los compradores extranjeros. En total existen casi 1.300 compañías cerveceras de tamaños muy diversos en Alemania, aunque, en general, con facturaciones pequeñas a escala internacional. Spaten-Franziskaner, por ejemplo, tiene un volumen de negocios de 315 millones de euros, frente a los 7.000 millones de euros de su nuevo dueño, Interbrew.
Birte Kleppien, portavoz de la Federación de Cerveceras Alemanas, opina que el mercado cervecero alemán, uno de los mayores del mundo, tiene 'un potencial muy fuerte' y no descarta que en breve se produzcan nuevas adquisiciones. 'El proceso de consolidación en este sector no ha terminado', afirmó. Kleppien tampoco descarta que las compañías se alíen entre ellas como forma de hacer frente a compradores extranjeros y recuerda que las alianzas ya son frecuentes en el mercado alemán y en concreto en algunas áreas, como la distribución.
Los analistas apuntan también a las cada vez más difíciles condiciones para el sector y a las escasas ayudas del Gobierno del canciller Gerhard Schröder como causas de esta situación.
Así, la introducción de un depósito sobre los envases no rellenables a principios de año provocó una fuerte bajada del consumo de cerveza esta primavera, si bien el verano, inusualmente cálido, permitió una recuperación.
En los próximos meses, los cerveceros alemanes se enfrentan, además, a otro escollo, pues está prevista la introducción del peaje para vehículos pesados en las carreteras alemanas, que a partir del próximo noviembre encarecerá el transporte de bebidas.