Montesinos repasa tres décadas en la cumbre
El diseñador valenciano sorprende en la Pasarela Cibeles con una colección inspirada en su trabajo a lo largo de 32 años marcando tendencia
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aola Dominguín, musa de Francis Montesinos durante muchos años, fue la encargada de poner en marcha el espectáculo. '¡Vente pa Madrid!' le gritó en una fingida conversación telefónica en la que la modelo, ya alejada de las pasarelas, animaba al diseñador valenciano a acercarse al desfile de su colección para la temporada primavera verano de 2004 en el marco de la Pasarela Cibeles. Y en eso, el grupo Ketama salió al escenario y entonó su canción Vente pa Madrid. Arrancaba así el gran evento de Cibeles. Grande por lo de que autohomenaje tenía para Francis Montesinos después de 32 años de carrera, así como por su concepción: celebrado al aire libre en el auditorio del Parque Juan Carlos I ante más de 10.000 personas, más los centenares que se quedaron a la puerta una vez lleno el aforo.
Y es que el desfile de Montesinos Alama -la marca comercial del diseñador- colapsó completamente el tráfico en los accesos al Parque de las Naciones de Madrid. Nadie parecía querer perderse un desfile que cambiaba el ambiente un tanto estirado que marcan los pases tradicionales, y que dejaba de lado la pasarela sustituyéndola por una arena sobre la que desfilaron 160 modelos (60 mujeres, 40 hombres y 60 niños y niñas), 50 extras (desde jinetes a jugadores de pelota valenciana) y unas 200 personas más entre músicos, personal de maquillaje y peluquería y técnicos de toda clase.
Durante algo más de una hora, Francis Montesinos presentó las seis líneas que componen su colección para el próximo verano y que incluye por primera vez ropa de hombre, a la que se unen dos líneas de mujer, una de ellas con el punto como protagonista, fiesta, baño e infantil.
En todas ellas Montesinos ha querido recordar alguna de las características que han marcado las colecciones que ha realizado a través de su dilatada carrera, desde los estampados coloristas que remiten a su origen y militancia mediterránea, una línea de denim, tejido que había abandonado hace años, hasta sus reconocibles prendas de punto o los diseños más atrevidos de un creador que rompió normas en la década de los setenta cuando se convirtió en el gran nombre de la moda española, el diseñador que vio la importancia de dotar de una ropa diferente a una juventud que en España salía de oscuridad del franquismo para adentrarse en el colorido que desprendía aquella movida madrileña que Pedro Almodóvar reflejó en sus primeras películas para las que Montesinos brindó muchas de sus creaciones. Una jovencísima Alaska ya vestía uno de sus trajes en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón.
Montesinos, que naturalmente estaba en Madrid controlando que cada una de las salidas a escena fuera perfecta, estaba satisfecho al final del desfile. Su apuesta había salido como él esperaba, a pesar de que algunos responsables de Cibeles se habían mostrado escépticos, algo que le dolió en el alma. 'Yo he estado en Cibeles desde el principio e incluso he cerrado la pasarela tantas veces como me lo han pedido, alguna de ellas gratis', explicaba con cierta incredulidad. Pero el hecho de que la noche le diera la razón le devolvía la sonrisa que corona su inconfundible bigotito.
¿Qué hubiera sido de Montesinos si cuando empezó hubiera existido la actual industria de moda en España? ¿O si no hubiera pasado una época aciaga en la que una cadena de decisiones erróneas y de mal asesoramiento no le hubiera llevado a una crisis económica que no de creación? La respuesta la daba él mismo. 'Mira lo que hemos hecho en seis años desde que hemos enfocado la empresa de otra manera'. Y ¿qué ha pasado en los últimos seis años? Pues que Montesinos Alama ha empezado a gestionarse como una empresa. 'Una empresa familiar', señala Guillermo Montesinos, primo de Francis y gerente de la compañía que dejando su trabajo en la empresa de aluminios de su familia decidió echarle un cable al que él considera 'el mejor'. 'A Francis no le hables de números o de rentabilidad, y yo no me meto en el capítulo creativo. Así hemos conseguido poner a Francis en el punto que merece', señala Guillermo. En este periodo ha conseguido volver a poner a Francis en el mercado. 'En la actualidad hay producto Montesinos Alama en el mercado por valor de 7,81 millones de euros', explica el gerente, que ha abierto un proceso de licencias por las que Francis diseña para fabricantes, al margen de las colecciones, gafas, perfumes, muebles, alfombras (esta última firmada ayer mismo) mochilas y hasta cabinas de hidromasaje. Pero hay más, porque Francis también trabaja otros campos de la moda, como el diseño de vestuario que hizo para El lago de los cisnes de Alicia Alonso o para la próxima película de Bigas Luna, Comedias Bárbaras, basada en la obra de Valle-Inclán. Todo un mundo de moda que llevará a Francis Montesinos a contar con un catálogo razonado de todo su trabajo, el primero que se editará en España dedicado a un diseñador de moda.
Ayer el desfile se cerró con todos los modelos en la arena, y entre ellos sus amigos, entre las que se contaban Carmen Alborch y Lucía Bosé, vestidas por Francis, quien confesó entre risas: 'En diez años me retiro, no me veo con un bastón acudiendo a estas cosas'.