Golpe de Microsoft

Con la decisión de cerrar la mayoría de sus chats, Microsoft ha matado tres pájaros de un tiro: distanciarse del riesgo de posibles pleitos, ganar la aprobación pública por su responsabilidad social y cerrar una parte no rentable de su negocio (...). Quizás lo más importante es que los chats nunca fueron un negocio atractivo. Continuarán para suscriptores de pago allí donde se piense que existe un mercado: EE UU, Canadá y Japón. No se le debe culpar por tomar una decisión comercial (...). Hay una forma de hacer frente a la 'comunicación inapropiada': moderadores, monitoricen y editen. Es caro, pero algunos de sus rivales dan este servicio (...). De cualquier forma hay que reconocer lo que Internet ha hecho posible: comunicar a comunidades con los mismos intereses, poner al alcance de las manos información y conectar a la gente. Los chats no deberían ser clausurados por interés público, al igual que no lo son jardines, teléfonos, escuelas o SMS porque también son utilizados por pedófilos.