Una revancha como ejemplo
El Estado francés está entre la espada y la pared. De un lado, la Comisión Europea, que se niega a ceder ni un palmo para dejar que el Estado participe en el capital de Alstom sin su autorización. Y del otro, los bancos, que tras haber hecho gala de culpable laxitud garantizando hasta 15.000 millones de euros en compromisos con el grupo, reclaman la ayuda del Estado para sacar a Alstom del atolladero (...). La ocasión es demasiado propicia para que la Comisión le dé un rapapolvo al socio más turbulento de los Quince y le recuerde la disciplina común (...). Porque el fondo del debate es ése: Alstom como ejemplo, para dar una lección a París. (...).